The Economist, 27 de julio de 2013 |
En la más reciente encuesta de opinión pública mundial, el Centro de Investigación Pew encontró que “la inestabilidad financiera internacional” se considera la segunda gran amenaza entre un 52% de los encuestados, cerca de la primera, el cambio climático (54%).
Aquí en Sudáfrica, después de la eliminación de los
controles de cambio locales y gracias a la desregulación financiera de Estados
Unidos a finales de los 90 – para que los banqueros de Nueva York pudieran
obtener mayores ganancias -, nuestra moneda llegó a ser muy volátil, y
recientemente nos hemos unido formando las, apodadas por Morgan Stanley, “cinco
frágiles” (junto con Turquía, Brasil, Indonesia y India).
Economías emergentes que empiezan a sumergirse
El ministro de finanzas sudafricano Pravin Gordhan parece
que entró en pánico en una entrevista del Financial Times el mes pasado, al
quejarse del mundo de las élites y su “imposibilidad para encontrar respuestas
coherentes y cohesivas en todo el mundo para asegurar la reducción de la
volatilidad de las monedas en particular, pero también del sentimiento”.
A la semana siguiente, sin embargo, en el marco de la Cumbre
del G20 de Sant Petesburgo, Gordhan se unió a otros en la red de
Brasil-Rusia-India-China-Sudáfrica (BRICS) para felicitarse a sí mismos acerca
del nacimiento de un ‘Nuevo Banco de Fomento’ y de un acuerdo que establezca
una ‘Reserva para Imprevistos’ (CRA – Contingent Reserve Arrangement) para los
BRICS.
¿Podrían estos dos recién nacidos desafiar las instituciones
de Bretton Woods en el caótico ámbito financiero de los próximos años? Casi
siete décadas después del establecimiento del Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional (FMI) para restaurar la banca interestatal occidental
tras la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, los BRICS están a punto de
desplazar a Washington y su ideología neoliberal por una acumulación de capital
centrada en el Sur con ayuda del Estado.
Se trata de retórica, en todo caso. Especialmente en las
últimas semanas, la cuestión de si las estrategias de los BRICS son
profundamente diferentes de la autodestrucción de la arquitectura financiera
mundial o, a la inversa, le dan más fuerza, sigue siendo un misterio. Después
de todo, uno de los objetivos de la CRA, acorde con funcionarios del Tesoro de Sudáfrica,
es el de ‘complementar los arreglos internacionales existentes”.
Aún así, una capitalización bancaria de $50 billones de los
BRICS no desafiaría inicialmente al Banco Mundial (que presta casi la misma
cantidad cada año). Y $100 billones del CRA se agotarían rápidamente en una
situación financiera más grave.
Tal vez estas cantidades pueden incrementarse en los
próximos años, puesto que se tratan de cantidades insignificantes para
enfrentar la fusión financiera de los mercados emergentes observados desde
mediados de la década de los 1990. Desde entonces, numerosos países han exigido
un paquete de $50 billones de la noche a la mañana para detener el saqueo
financiero.
Repercusión financiera negativa en los BRICS
Para ilustrar todo esto, en las últimas semanas miles de
millones de dólares en activos de papel se han movido de lugar, provocando
accidentes de divisas muy intensos en la mayoría de los países BRICS. Como
resultado de un cambio anunciado en la política de la Reserva Federal de los
EEUU, que dicta que se proporcionará un poco menos de estimulación artificial a
los bancos, gracias al Fed (Reserva Federal) tapering (reducción en el programa
de compra de activos), las tasas de interés se han más que duplicado durante
las últimas semanas, llevando a una dramática salida de los mercados emergentes
y la caída del rublo ruso, el real brasileño, el rand sudafricano y
especialmente la rupia india.
El economista sueco Anders Aslund del Peterson Institute for
International Economics fue mordaz en un artículo del Financial Times a finales
de agosto: “El partido de los BRICS ha terminado. Su capacidad de ponerse en
marcha otra vez depende de su capacidad para llevar a cabo reformas en tiempos
sombríos para los que no tienen el coraje de hacer un boom”. El banquero de
Goldman Sachs, Jim O’Neill, fue interrogado por el Wall Street Journal el mes
pasado acerca de las siglas que había creado una docena de años atrás: “Si
ahora lo debiera cambiar, dejaría sólo la C”. The Economist opinó que “la gran
desaceleración significa que el pleno auge de las economías emergentes no
compensará la debilidad de los países ricos”.
Sería tentador descartar los comentarios de los neoliberales
pesimistas con los BRICS, pero su confianza en sus argumentos surge de
problemas profundamente arraigados en varios países, no sólo de fluctuaciones
financieras momentáneas. Sin embargo, un miembro de los BRIC va a prosperar
mucho potencialmente, y en mi visita a tres universidades de Shangai la semana
pasada para discutir la (re)evolución de la crisis económica, me sorprendió lo
insistentes que eran algunos eruditos chinos en su estrategia de “mentalidad
reformista del status quo” (sic).
Como informó la semana pasada el periódico China Daily
(reflejando sentimientos oficiales), expertos locales predicen que el bloque
BRIC se rompe ya de forma material, dejando sólo a China para seguir adelante a
través de la tormenta. Señaló el economista de la Universidad de Tisingua Li Dokui
que el final de la “US Fed Quantitative Easing” es una buena noticia para el
renminbi (moneda china) porque ya no necesita aumentar su vlalor – pero,
mientrastanto, “el concepto de los BRICS puede desaparecer, dejando sola a
China frente a otras economías emergentes”.
Según el economista de Merrill Lynch Lu Ting, “China será en
gran parte inmune al impacto debido al exceso sostenido de su cuenta corriente,
a su baja deuda externa, a sus enormes reservas de divisas, sus altos ahorros y
su control del capital”. El director gerente adjunto del FMI Zhu Min, mostrando
una consciencia de peligro severo, advirtió que si China abriese su cuenta
patrimonial liberalizando el dinero, ‘exacerbaría’ la crisis global –
observación que un hombre típico del FMI reprimiría.
El comportamiento de los BRICS
Todavía hay quien cree que los BRICS pueden ayudar a
solucionar los problemas de escala global que persisten causados por la
persistente crisis económica, el fin de ciclo de los productos básicos, la
austeridad fiscal, la desregulación financiera que no cesa y la reciente
restricción de crédito combinado con nuevas burbujas. Sin embargo, las
estrategias propuestas por los líderes de los BRICS no han tenido hasta ahora
ningún efecto que afecte a la volatilidad financiera.
Dentro del Fondo Monetario Internacional, el poder de voto
de la China ha aumentado considerablemente pero esto no ha supuesto ningún
cambio en la agenda institucional. Como argumentó el profesor emérito Achin
Vanaik de la Universidad de Delhi en un taller llamado ‘Rising Powers’ de que
se realizo la semana pasada en la Fudan University, el Fondo Monetario Asiático
y la Iniciativa de Chiang Mai, vistos originariamente como opuestos, no sólo no
se opusieron sino que acabaron complementando al FMI.
En cuanto al Banco Mundial, su presidencia fue agarrada por
el candidato de Barack Obama Jim Yong Kim en el 2012 sin tener en cuenta una
respuesta unánime por parte de los BRICS. Los brasileños nominaron al
economista progresista José Antonio Campo; los sudafricanos nominaron al
nigeriano neoliberal ministro de finanzas Ngozi Okonjo-Iweale; y los rusos
dieron soporte a Kim. En cuanto a China, la recompensa por no enfrentarse fue
tener el mando de la corporación financiera del Banco Internacional en manos de
Jin-Yong Cai, mientras que un indio, Kaushik Basu, se hizo economista jefe del
Banco Mundial. Otro reflejo de esta asimilación en vez de un antagonismo se vio
en el año 2012 cuando los BRICS contribuyeron con $7 billones para la
recapitalización del FMI, lo que significa que, si bien China aumentó con
derecho a voto, África disminuyó.
Por lo tanto, era razonable pedir, con escepticismo, si los
líderes de los BRICS iban realmente en serio en su desafío a Bretton Woods.
Después de todo, había ya una alternativa que podían haber apoyado: el Banco
del Sur, fundado en el 2007 por el fallecido presidente Hugo Chavez y apoyado
por Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay y Uruguay. El Banco del Sur
ya tiene 7 mil millones de dólares en capital. Ofrece un desafío financiero del
desarrollo más profundo que el Consenso de Washington, especialmente después
que los economistas radicales ecuatorianos mejoraran el diseño.
En cambio, un reflejo del compromiso de estabilizar finanzas
mundiales – en lugar de cambiar radicalmente los componentes desestabilizadores
intrínsecos más injustos – es la financiación en curso de China del déficit
comercial masivo de Washington, siguiendo sosteniendo más de 1,3 billones de
dólares de las facturas de la Tesorería. Los chinos rechazan vender Bonos del
Tesoro suficientes a fin de debilitar de verdad el poder de Washington, y
establecer una nueva moneda que el mundo pudiera manejar más democráticamente,
en lugar de la Reserva Federal con su tendencia a los intereses de los bancos
más grandes del mundo.
A pesar de la retórica sobre el incremento del uso de
monedas que pertenecen a los BRICS, no se está haciendo mucho más para acabar
con el sistema destructivo en el que el dólar de los EEUU reina. Por ejemplo:
se trata de la moneda de reserva de todo el mundo, no importa cuán mal los
funcionarios de Washington abusen de su poder. Si China quiere realmente que el
renminbi ocupe su lugar, el ritmo al que esto sucede y sucederá es realmente
lento.
Y aún peor. En estrecha alineación con Washington, Sudáfrica
apoya explícitamente la liberación financiera. El vicegobernador de SA Reserve
Bank Daniel Mminele reconoció el noviembre pasado que Pretoria se opuso a la
regulación global, como si de un ‘impuesto a lo Robin Hood’ se tratara, en
relación a las transacciones financieras apoyadas.
¿Una Banca de Desarrollo de los BRICS?
Mientras tanto, el banco para los BRICS en Sudáfrica – el
Banco de Desarrollo del África Merdidional (DBSA)- se ha ejecutado de forma
incorrecta según el nuevo jefe Ejecutivo Patrick Dlamini. Dlamini dio a
entender que la corrupción había sido tolerada y anunció tanto un recorte del
40% de sus 750 personas en plantilla, empezando por los ambientalistas y
especialistas sociales, como un aumento masivo en la financiación de la
privatización. También admitió que esta semana el Banco sufrió una pérdida neta
de $83 millones en el 2012-13 debido a ‘pérdidas por deterioro de los préstamos
para el desarrollo de los $160 millones y a las pérdidas por valoración de los
instrumentos financieros de $40 millones’. Su volumen de préstamos del año
pasado fue de sólo $1.8 billones, después de llegar a 3,4 billones dos años
atrás.
La mayor institución financiera para el desarrollo de los
BRICS, el Banco de Desarrollo Económico y Social Nacional de Brasil (BNDES)
también ha sido excepcionalmente destructivo en su cartera de préstamos
masivos, ahora justo en el rango de los $80 billones anuales, más del doble que
el Banco Mundial. [Carlos Tautz-≤http://www.zcommunications.org/watc...] del
Instituto Mais Democracia advierte que: ‘si el Banco BRICS se refleja en el
BNDES estamos ante una probable falta de transparencia y de omisiones por parte
del gobierno’.
El Banco de Desarrollo de China y el Banco de Exportación e
Importación de China han tenido algunos efectos positivos, especialmente en la
expansión de la tecnología solar y en evitar la imposición de las políticas del
Consenso de Washington. Pero como Kevin Gallagher de la Universidad de Boston
muestra, pueden ser severamente destructivos en sitios tan diversos como
Birmania, Honduras o Gabón.
En otras palabras, cuanto más anuncios acerca de un Banco de
Desarrollo para los BRICS nuevo y el CRA que se realizaran el próximo año en la
cumbre de Fortaleza, Brasil, no cabe esperar mucho en relación a la
estabilización o desestabilización de las finanzas a nivel mundial; los BRICS parecen
ahora un simple dispositivo de legitimación.
Legitimación y localización del caos financiero mundial
En cambio, el G-20 ha sido en los últimos años un sitio
mucho más sustantivo de preocupaciones para las élites sobre las finanzas del
mundo, después de haber sido resucitado en noviembre de 2008 para hacer frente
a la crisis mundial, (sólo después de que Lehman Brothers quebraran y los
sistemas de pago del mundo entero quedaran congelados). Unos meses más tarde,
en abril de 2009, el G-20 fue fundamental para el impulso de re-empoderamiento
del FMI, primero a través de mayores asignaciones de derechos especiales de
giro y otras subvenciones de $750 billones de dólares para estimular la
economía mundial, y más tarde, en una recapitalización completa en el 2012 para
generar más opciones de financiamiento de rescate para los bancos europeas, en
detrimento de un ajuste estructural para la gente pobre y trabajadora.
El G-20 de Sant Petesburgo hizo avanzar poco en la
racionalización de los impuestos a las empresas y en la reducción de uno de los
gases de efecto invernadero (CS) que deberían haber sido incluidos en el
Protocolo de Montreal en el año 1987. Sin embargo, se necesitan más críticas y
súplicas, tanto del poder del G-20 como de los BRICS. Algunas de ellas se
desarrollaron en el Sant Petesburgo Counter-Summit en motivo de la iniciativa
de la Post-globalización y sus invitados internacionales. Una emotiva
declaración surgió, y estrategias alternativas fueron debatidas en las
reuniones, pero el miedo global fue la inadecuada respuesta de la sociedad
civil ante el burbujeo de las crisis económicas y militares, por no hablar de
la destrucción y el empeoramiento relacionado con el clima.
Hay factores geopolíticos importantes que deben tenerse en
cuenta, ya que mientras la economía mundial está trabajando en contra de los
BRICS, las relaciones turbulentas entre los BRICS y el G7 de Rusia quedan mucho
más claras después de la cumbre del G-20. En Sant Petesburgo, los BRICS
respaldaron unánimemente el intento de Vladimir Putin de girar pacíficamente la
crisis siria una vez usadas, aparentemente, las armas químicas por el régimen
de Assad contra los rebeldes, con la consecuente amenaza de Barack Obama de
bombardear Damasco. Brasil también tuvo una postura firme en contra de la
Agencia de Seguridad Nacional de los EEUU, y la presidenta Dilma Roussef estaba
tan furiosa por el espionaje de Obama sobre ella (y la petrolera paraestatal
Petrobas), que canceló un viaje a Washington previsto para el próximo mes.
Pero el discurso de izquierdas que es tan común en las
políticas exteriores de los BRICS es negado invariablemente en el discurso de
las derechas de Hacienda y el Banco central así que los peligros crecen más, ya
no sólo a causa de una confrontación política Sur-Norte, sino debido a la falta
de carácter económico.
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