Refugiados sirios cruzan la frontera con Irak e n la región kurda Foto: Reuters en español |
Libaneses y egipcios creen que la
gran afluencia de refugiados sirios, obligados a abandonar sus casas después de
dos años y medio de guerra civil, amenaza la seguridad nacional de sus
respectivos países. La investigación de las organizaciones de derechos humanos
ha señalado que los ciudadanos sirios en esta condición son objeto de racismo y
discriminación. La investigación sale a la luz poco después de que la Agencia
para los Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR) afirmara que los refugiados de
Siria ya superaron los dos millones de personas.
Según la ONU, 97% de los
refugiados buscaron protección en los países con los que Siria hace frontera -
Jordania, Turquía, Irak y Líbano. El flujo de sirios causó enormes
consecuencias para la infraestructura, la economía ya la sociedad de estos
países, lo que genera tensión entre la población local y los desplazados.
En agosto, una encuesta realizada
en el Líbano por la Fundación de Investigación Fafo mostró que el resentimiento
hacia los sirios está aumentando y está vinculado, principalmente, a los problemas
socioeconómicos. Líbano tiene una población de más de cuatro millones de
personas, con más de 700 mil sirios viviendo en su territorio. Según la
encuesta, el 82% de los libaneses acusan a Siria de "robar" sus
puestos de trabajo. Muchos muestran descontento hacia los empleadores, quienes
preferirían los trabajadores sirios porque se conformarían con salarios más
bajos.
Para el 50% de los libaneses, el
apoyo financiero a los sirios ha sido “injusto”, mientras que el 70% de los
encuestados se sienten incómodos al compartir una comida con los refugiados
sirios. También de acuerdo con el estudio, el 54% de los libaneses creen que su
país debería prohibir la entrada de los
refugiados sirios.
En Egipto, una encuesta similar
mostró que la discriminación hacia los desplazados ha aumentado, aunque en
menor número. De acuerdo con medios egipcios, el gobierno ha negado la entrada
a los sirios, incluso rehusando emitir visados a los que llegan en vuelos desde
Siria. "Por hacer frontera con Siria, Líbano es donde los números (de
refugiados) son más expresivos y los casos (de discriminación) más aparentes",
dijo Ali Khadri, activista libanés de derechos humanos.
Discriminación y aislamiento
El sitio Haitham Mansour, 29
años, se escapó de Siria hace nueve meses y ha trabajado en la construcción
civil, lavado de coches y lavanderías en Beirut e inmediaciones. A Terra,
Mansour confesó que la relación con los libaneses se ha deteriorado a medida
que la situación de seguridad en Líbano decae y la economía sufre con la falta
de turistas y otros problemas sociales. “Los libaneses nos miran y podemos
adivinar lo que piensan. Es visible la incomodidad de algunos con nuestra
presencia”, dijo el sirio, oriundo de Damasco.
Mansour relató un episodio en el
que fue impedido ingresar en una cafetería, donde fue con un amigo fumar el
tradicional narguile. "El portero, un libanés, nos dijo que los sirios no
éramos bienvenidos en el hotel y que regresásemos a nuestro país", dijo.
El refugiado cuenta que su caso no es aislado y que otros amigos han sufrido la
misma discriminación.
Natural de Homs, Mohamed Zahran,
34, dijo, que si bien hay discriminación, por otro lado también se encuentra
comprensión. “No sabría decir si la mayoría está en contra, pero están los dos
lados; hay buenos y hay malos”, dijo Zahran, quien trabaja como portero en un
edificio en la capital libanesa Beirut.
La encuesta también mostró que
alrededor del 61% de la población libanesa no confía en el pueblo sirio,
diciendo que "se sienten incómodos en tener a un sirio como un
vecino". El sentimiento de discriminación cobró más evidencia entre el 82%
que dijeron no sentirse felices al ver a un familiar casándose con un sirio.
Para 90% de los encuestados, el
conflicto en Siria ha generado un impacto negativo sobre la capacidad del
gobierno libanés de gobernar y proteger a sus ciudadanos. "Es normal que
se sientan así, pero no hemos sido nosotros (los refugiados) los que han traído
el conflicto al Líbano. Han sido los libaneses, quienes apoyan los dos lados,
que han dejado el conflicto entrar en el país", enfatizó Zahran.
Fronteras abiertas
Desde julio, el gobierno libanés
ha creado medidas más estrictas en los puestos fronterizos para permitir la
entrada de los sirios, lo que hizo que las principales ONG acusaran a Líbano de
discriminar y ceder a un chantaje político. El gobierno, sin embargo, negó las
acusaciones y justificó que las medidas tenían como objetivo aumentar la
seguridad fronteriza e impedir la entrada de militantes.
Con 115 mil muertos, según la ONG
Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, la guerra civil ha provocado
tensiones entre las facciones políticas en Líbano, atentados y tiroteos entre
simpatizantes de los rebeldes y partidarios del régimen sirio del presidente
Bashar al-Assad en algunas ciudades libanesas. A diferencia de Turquía y
Jordania, Líbano no permitió construir campos oficiales de refugiados en su
territorio, por temor a una repetición de la docena de campos de refugiados
palestinos en el país, que albergan a más de 450 mil personas.
Con todo, el gobierno libanés
reiteró incesantemente que el país dejaría abiertas sus fronteras a los
refugiados sirios y que, tras reunirse con representantes de la ONU,
consideraría la apertura de los campamentos para albergar a un número creciente
de personas. ACNUR estima que, para finales de este año, el número de
refugiados sirios en el Líbano alcance la marca de un millón de personas.
Pese a que el flujo de turistas
en Líbano haya disminuido con el conflicto sirio, la presencia de los
refugiados ha impulsado la economía, una vez muchos refugiados alquilan casas e
invierten en ese país. Sin embargo, en varios pueblos se ha impuesto toque de
queda a los refugiados sirios después de las 18h, provocando consternación
entre activistas libaneses. De acuerdo con informes de medios locales, es común
el uso de palabras racistas o discriminatorias entre algunos libaneses,
caracterizando a los sirios como "violadores" o "diseminadores
de enfermedades".
Sin embargo, muchos sirios, en
declaraciones a los medios, también destacaron la buena voluntad de muchos
libaneses hacia los refugiados, sobre todo en las regiones fronterizas.
"Los libaneses conocen las dos caras de la moneda; hemos vivido muchos
años de guerras. En 2006, recibimos muchos sirios durante el conflicto (entre
Hezbollah e Israel). Muchos lo recuerdan y reciben a los sirios de la misma
manera. Desafortunadamente, otros parecen haberse olvidado de eso ",
subrayó el activista Ali Khadri.
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