Por: Simón Andrés Zúñiga
Sin lugar a dudas, la dolarización y la flexibilización
cambiaria son propuestas contra el pueblo trabajador y caramelos de cianuro
para la revolución chavista. Algunas voces interesadas provenientes del imperio
y otras locales que se convierten en caja de resonancia, atrapan ingenuos
compradores de estos paliativos tóxicos. Y lo que llama más la atención es que
la alternativa de flexibilización del mercado cambiario viene del Ministerio de
Finanzas, quien propone reabrir el mercado permuta bajo nuevas reglas de
juego.
Anteriormente habíamos señalado dos propuestas que se
presentan como “alternativas de solución” ante el inclemente ataque cambiario
que está sufriendo la economía venezolana: la dolarización y la flexibilización
cambiaria[1]. La dolarización, tradicionalmente ha sido propuesta por
economistas ultramonetaristas, y por tanto está destinada a eliminar la
capacidad soberana de hacer política económica, sujetándonos a los mandatos del
banco central del imperio estadounidense (llamada la Reserva Federal); además
de contribuir eficientemente con el objetivo de desmantelar el proceso político
chavista, ridiculizando las propuestas revolucionarias de integración económica
latinoamericana impulsadas por Chávez.
La dolarización no resuelve de fondo el problema de la
inflación. En Argentina, durante el Mandato de Carlos Saúl Menen se mantuvo la
ilusión monetaria de baja inflación e incluso de deflación. Pero, los
trabajadores y los sectores medios de ingresos, vieron como gran parte de sus
familias pasaron a formar parte de los pobres y de los nuevos pobres.
El profesor Luis Salas ha sido certero en su crítica sobre
la carga ideológica (manipuladora) del concepto “inflación”[2]. Los argentinos
experimentaron en carne propia cómo teniendo una inflación de un dígito (por
debajo de 10%) durante la época de la convertibilidad (1 Peso = 1 Dólar), los
trabajadores no podían comprar la canasta básica, parte de la clase media
pasaba a ser “nuevos pobres”, mientras el capital financiero danzaba en una
acumulación desenfrenada y en una bestial fuga de capitales.
La flexibilización basada en el mercado permuta y la libre
flotación
En el actual contexto de confrontación política, donde los
sectores económicos dominantes del capital están sitiando al Gobierno, para
arrebatarle el control de la renta petrolera a través de un ataque
especulativo, la opción que asoma el Ministerio de Finanzas tiende
inevitablemente a convertirse en una poción mortal.
La flexibilización de la política cambiaria, basada en la
flotación del tipo de cambio en un mercado capturado por el capital financiero,
puede ser un remedio que, en vez de aliviar la enfermedad la agravará. El
afectado directo y principal será la clase trabajadora, aquellos que no tienen
el poder de ajustar el salario ni de ajustar los precios de los bienes de
acuerdo a sus necesidades.
El segundo afectado, en simultáneo, será el Gobierno, quien
verá perder aceleradamente el apoyo de las masas, ya golpeadas por diez meses
de altos incremento de precios[3]. A pesar del aumento del salario mínimo, el
ataque especulativo de la burguesía y los ajustes de precios “controlados”
están pulverizando el ingreso familiar de aquellos cuya única fuente para
reproducir su vida material, son los sueldos y salarios. El cuadro de tensión
social se agrava con la estrategia de desabastecimiento programado por la
burguesía y apoyado por la ineficiencia de la burocracia estatal.
El mercado permuta ¿es la solución?
El Gobierno está confiando en que la estrategia del experto
Ministro de Finanzas, basada en la reapertura del mercado permuta, logrará
domeñar el poder del mercado negro y con ello detendrá el incremento de la
brecha cambiaria.
La tesis que está detrás de esta jugada, parte del supuesto
que como no pudiste con el enemigo, lo legalizas y lo organizas bajo tu tutela.
Por eso van a resurgir las casas de bolsa que el Comandante Chávez mandó a
cerrar. En aquél momento se proscribieron porque estaban jugando como bebitos
inocentes a la especulación. Por ejemplo, se dice que algunas de ellas, a
través de un software, se ponían de acuerdo e incrementaban artificialmente el
tipo de cambio permuta.
También el Ministro ha declarado que, en principio, el
mercado permuta lo manejarán los grandes bancos privados. No está muy claro,
por tanto, si será un “mercado” donde operarán los bancos privados y las casas
de bolsa.
Luego, basados en las fuerzas de la oferta y la demanda de
dólares que suministrarán PDVSA y el Banco Central, el tipo de cambio libre (ya
no será paralelo) se estabilizará en un precio aceptado por todos. Confían, con
fe ciega, que el sector privado (grandes oferentes de dólares) se acercarán para
ofrecer y demandar al precio que considerarán justo.
Parece que los componentes de la poción mágica, están todos
dosificados para producir una cura al actual padecimiento, y ojalá así sea
aunque la historia reciente nos genera serias dudas.
Una poción que puede ser un remedio o un veneno
De acuerdo a la Wikipedia “En las leyendas, las pociones
mágicas son bebidas que sirven para curar, para hechizar, o para envenenar. Son
los magos, los hechiceros, y las brujas, quienes preparan las pociones, y para
ello emplean la magia junto con la mezcla de ciertas sustancias[4]”.
Hay un conjunto de interrogantes acerca de las limitaciones
que enfrentará el esquema cambiario propuesto, en cuanto a su capacidad el
precio especulativo del dólar y facilitar el acceso a los que realmente lo
necesitan para un uso realmente productivo y no especulativo. Entre estas
limitaciones podemos resaltar las siguientes:
1. La poca
liquidez de las reservas internacionales
La principal
restricción que presentará el mercado permuta, y cualquiera de los esquemas
cambiarios (incluyendo CADIVI y SICAD), es que el BCV tiene bajos niveles de
liquidez. De acuerdo a la versión de la firma Econométrica, el BCV está
rondando en niveles críticos de reservas operativas (unos 1.000 millones de
dólares)[5]. Si consideramos que estos economistas de la derecha tiene
infiltrado al BCV, esta información puede tener un alto grado de veracidad.
En los últimos tres años, desde que el actual Ministro de
Finanzas presidió el BCV, las reservas internacionales comenzaron una caída en
picada mientras que las operativas se mantuvieron en niveles críticos. Esto ha
hecho colapsar a CADIVI, hizo que el SITME no siguiera funcionado, y hace que
el SICAD haga el ridículo teniendo que acudir a papeles del BCV.
PDVSA anunció que el mercado permuta será alimentado con su
participación y con dólares aportados por las compañías extranjeras asociadas a
la actividad petrolera. Esto podría ser una forma de aliviar la sequía de
dólares del BCV, sin embargo hay que tener claro que esos dólares se venderán a
un precio superior.
Para tener el poder efectivo sobre un mercado que funcionará
bajo la filosofía de flotación sobre unas bandas, es necesario disponer de una
fuerte capacidad de inyección de dólares, porque si no el precio de la divisa
tenderá a acercarse al valor del actual mercado paralelo.
La inflación no se reducirá: porque, aunque el precio del
dólar permuta afecta la fijación especulativa de precios de muchos bienes, hay
una proporción de bienes que están fijados a una tasa de cambio menor. El
mercado permuta legalizará una tasa de cambio superior, y el proceso de
alineación de todos los precios se culminará con la mayoría de precios de toda
la economía.
2. Participación de
agentes interesados en quebrar el proceso. Conflicto de intereses y la pugna
distributiva
En el SITME se le dejó a la banca operar con toda libertad.
Todo el mundo acusa al BCV como principal responsable del desvío de 20.000
millones de dólares en empresas de maletín. Mientras la banca privada hace
silencio, esperando salir inmune ante esta acusación. Pero resulta que quien
tenía el poder de asignar era la banca.
Con el funcionamiento del mercado permuta, además de reponer
a las casas de bolsa, ¿se les dejará operar a la banca privada con la misma
impunidad con que han participado en apropiación y la fuga de renta petrolera
en los últimos años?¿Cómo se evitará que las funciones intermediación de la
banca no entre en conflicto de intereses con las funciones de las casas de
bolsa de la banca?
Actualmente, la banca tiene una participación activa en el
mercado paralelo contribuyendo con el ataque cambiario. Una de las formas es a
través de sus créditos en bolívares. Gran parte de los créditos que está dando
la banca, son utilizados por los favorecidos para comprar dólares tanto en
CADIVI, en el SICAD y luego revenderlos en el mercado paralelo.
Mientras exista una banca privada como la actual, y mientras
ésta no tenga una supervisión efectiva por el Estado, ella será el principal
obstáculo para el logro de la transición al socialismo.
3. La incompatibilidad entre la existencia del control
cambiario y el mercado permuta
Otra contradicción que plantea el funcionamiento del mercado
permuta es la existencia paralela del control de cambio. Actualmente, parte de
la demanda de dólares que pasan por CADIVI son de algunos delincuentes que
pagan 6,30 bolívares fuertes para revenderlos al precio del paralelo, es decir
por más de 6 veces más de lo que cuesta. Con el mercado paralelo legalizado se
legalizaría este proceso especulativo delictual. El mercado permuta, desde este
punto de vista, puede ser la mayor operación de legalización de la fuga de
capitales.
La presión que estos especuladores ejercen sobre CADIVI
afecta, por tres vías, a las personas y a las empresas que realmente necesitan
los dólares. En primer lugar, hacen que se retrase las aprobaciones de divisas
necesarias para que la economía real continúe funcionando. En segundo lugar,
desestimula toda inversión productiva creando un sesgo rentista especulativo
que hace que no sea negocio el esfuerzo de invertir en la producción de bienes
y servicios, frente al negocio del paralelo. Y en tercer lugar, la inflación
que genera la manipulación ficticia del dólar paralelo, afecta los ingresos familiares
y por tanto la capacidad de compra. Las empresas verán como su mercado se
reducirá cada vez más ante la contracción de la demanda. Esto constituye un
ciclo de inflación, caída de la demanda y destrucción de la capacidad
productiva.
La actual directiva de CADIVI viene haciendo esfuerzos para
disminuir la presencia de prácticas corruptas e ilegales. Son varias las
acciones que se han tomado, desde que el Presidente Maduro anunció una nueva
directiva. Uno no se imagina, basado en las detenciones de los últimos cinco
meses, como venían operando estas mafias durante los últimos siete años. La
indignación nos invade cuando se toma conciencia que estos mecanismos venían
operando con la mayor impunidad.
Pero además de esta limpieza, el control de cambio necesita
de dos cosas: 1) que se simplifiquen los trámites, que han facilitado la acción
de cobradores de peaje; y, 2) que se le inyecte la liquidez necesaria para que
se enfrenten los retrasos en el suministro de divisas a los que sí las
necesitan.
En el primer caso, el presidente Nicolás Maduro ha anunciado
la simplificación y agilización del sistema, lo cual va en sentido correcto. Es
evidente que Cadivi se convirtió en una torre de alcabalas que alimentó dos
monstruos: el mercado paralelo y la corrupción. Pero de ahí llegar a la
conclusión que hay que eliminarlo, y sustituirlo por mecanismos de mercado, es
una gran equivocación.
El control de cambio puede ser rescatable, y debe ser
rescatado del foso donde lo metieron los aliados fácticos del capital
financiero. Eso es posible y es necesario. Simplificando los trámites,
mejorando los mecanismos informáticos de control previo y de control posterior,
se evitará la muerte del control de cambio que irá en simultáneo con la muerte
de la propuesta económica chavista.
Basta con un sistema integrado donde se puedan chequear en
línea las cuentas de los solicitantes, el nivel de ingresos corriente, la
situación fiscal, las transacciones en las aduanas y los registros de salida y
entrada del país, entre otros aspectos es posible mejorar sustancialmente la
administración cambiaria.
El Ministro también ha dicho que no se eliminará el control
de cambio, pero la realidad ha sido otra: SITME, las notas estructuradas, las
emisiones de bonos en dólares (PDVSA y Gobierno), el SICAD son la claudicación
de facto del control, de cambio. Desde hace ocho años se empezó a minar las
columnas del control de cambio, el SITME, la corrupción y la ineficiencia lo
preparó para su ejecución.
Nunca hay que perder de vista que el control de cambio se
originó como un mecanismo para arrebatarle a la burguesía el poder de
apropiarse de los dólares, de fugarlos al exterior y de utilizar el tipo de
cambio como fuente fundamental de su patrón de acumulación de capital[6].
Sin embargo, hay que estar alerta porque la estrategia del
mercado permuta puede estar pensada para –deliberadamente- aplicarle la
eutanasia al control de cambio y desaparecer a CADIVI. Actualmente, PDVSA no
alimenta suficientemente al BCV con dólares, y el BCV se ve limitado a ofrecerle
pocos dólares a CADIVI, y por tanto no se satisfacen adecuadamente las
solicitudes pendientes. Si PDVSA aporta los dólares al permuta, esto agravará
la situación de reservas internacionales líquidas del BCV, por tanto la cuota
de CADIVI será gradualmente más pequeña o se mantendrá constante.
De la reflexión anterior se desprende un dato importante,
¿Por qué PDVSA ahora sí venderá dólares con el mercado permuta si actualmente
le está vendiendo pocos dólares al BCV?… Una de las respuestas más lógicas es que
PDVSA se beneficiará con un dólar más alto, es decir que tendrá más bolívares
por cada dólar, que los bolívares que obtiene vendiéndole los dólares al BCV.
Pero eso es un arma muy afilada y de doble filo. Este interés particular
termina por afectar a aquellos que viven de un ingreso fijo.
La propensión de la industria petrolera a favorecer las
devaluaciones, ha sido un problema genético que se manifestó con fuerza en la
Cuarta República, desviación propia de su condición de exportador. En la década
de 1990, y especialmente en el mandato de Caldera, la PDVSA de Luis Giusti y de
Ramón Espinaza (Gente del Petróleo), confabulaba junto con el Banco Central
para justificar las devaluaciones, que les resolvía su problema de caja. De tal
forma que le pagaba impuestos al Gobierno, con los bolívares sangrientos
obtenidos por la devaluación.
Nos cuesta creer que la actual PDVSA esté comportándose de
la misma manera de forma premeditada. PDVSA es el segundo bastión que quiere
recobrar la burguesía, luego de lograr desmontar parcialmente el control de
cambio. Es importante que la dirigencia actual de PDVSA, tome conciencia que la
defensa de la soberanía de la industria incluye defender el bolívar y el
control de cambio contra la estrategia de la burguesía financiera de recobrar
el control tanto del lugar donde se origina la renta (PDVSA) como uno de los
mecanismos a través del cual se distribuye la renta petrolera (el control de
cambio y el tipo de cambio)
4. La flexibilización cambiaria no sólo NO solucionará el problema
sino que lo agravará
El anterior mercado permuta, dirigido por las casas de
bolsa, junto con la descontrolada emisión de bonos en dólares, además de los
mecanismos de sobrefacturación ha sido uno de las venas abiertas de la economía
Venezolana, que participó en la fuga de dólares y la especulación cambiaria.
Fue por eso que Chávez autorizó su intervención, que resultó en eliminación.
Ya los actores involucrados en este negocio tienen un
prontuario muy reciente, ahora se les está dando una oportunidad, y de esta
forma van a regresar no como culpables sino como salvadores.
El ministro Merentes piensa que ayudando al alacrán a cruzar
juntos el río, este bicho no lo va a picar. Está en la naturaleza de los
tahúres de las casas de bolsa y de la banca privada, ofrecerse como viaducto
para la fuga de capitales y la especulación. Está en su naturaleza la
especulación como está en la naturaleza del alacrán hundir la ponzoña hasta de
quien lo ayuda a cruzar el río.
El mercado permuta puede ser exitoso en el logro de
estabilizar el tipo de cambio paralelo, si se cumple con las condiciones de:
a) Suficiente liquidez en dólares;
b) Una altísima regulación y
vigilancia de las casa de bolsa y de los bancos involucrados; y, c) Los mecanismos de control previo y
control posterior que anunció el presidente Maduro hace ya unos meses.
Sin embargo, a pesar lograr el equilibrio o la
estabilización a un precio del dólar (que será alto), no sólo puede terminar
consolidando una correa de trasmisión de la fuga de capitales, como ya se dijo,
sino que por definición el precio que se ajustará a la baja será el salario de
los trabajadores.
Cualquier política de flotación o de deslizamiento que se
base en una “ingenua” creencia de los mecanismos del libre mercado, terminará
afectando a los trabajadores.
El deslizamiento del tipo de cambio significa un
abaratamiento del costo de reproducción de la fuerza de trabajo que pagan los
capitalistas, por tanto es una forma de aumentar la plusvalía absoluta. Claro
un economista formal, educado en la ideología de la economía neoclásica saldrá
defendiendo la libre flotación porque de esta forma la economía (en realidad el
empresario capitalista) está manteniendo su competitividad internacional. Pero
lo que oculta este razonamiento, es precisamente el mecanismo por el cual la
devaluación y el aumento de los precios representan dos momentos de la pugna
distributiva entre el capital y el trabajo.
También la devaluación beneficia a aquellos que tienen
ingresos o activos valorados en dólares. Cada vez que se devalúa los
exportadores privados tendrán más bolívares; el flujo de caja de PDVSA recibirá
una cantidad de bolívares adicionales para pagar impuestos al fisco nacional,
pagar las remuneraciones a los trabajadores, pagar las inversiones en el
sector; la banca privada tendrá más bolívares que se verán reflejados en sus
utilidades; igual pasa con la banca pública donde sus tesorerías celebran los ingresos
adicionales que reciben por la devaluación; el Banco Central verá cómo mejorar
sus estados financieros. La devaluaciones sustanciales son un festín para
algunos, pero un trago amargo para otros, para los perdedores: la totalidad de
la masa laboral y para el todo la economía en su conjunto. Lo que resulta bueno
individualmente, termina siendo perjudicial para el conjunto. La cultura de la
devaluación representa el triunfo del egoísmo sobre el interés nacional, la
asfixia de la Patria por la voracidad rentista y especuladora de los que tienen
el poder económico suficiente para influir sobre el precio del dólar.
En nuestro caso, las devaluaciones anunciadas por el
gobierno iban acompañadas por aumentos de salarios mínimos y de los ingresos
familiares por concepto de misiones. Esto permitía cierta compensación. Sin
embargo, las devaluaciones que últimamente se han realizado tanto del Gobierno
(47%) como de la burguesía (530%) han desatado un espiral de aumento de precios
que está pulverizando los ingresos de las familias trabajadoras.
Estamos en un escenario parecido al de febrero, los ataques
especulativos han acorralado al Gobierno, que no tomó decisiones a tiempo y lo
obligaron a devaluar sustancialmente, incluso cuando no había condiciones
financieras que justificaran esa devaluación.
El actual presidente del BCV, el economista Eudomar Tovar,
siendo Vicepresidente de esta institución, declaró una semana antes de la
devaluación que: “No hay condiciones para aplicar una medida cambiaria.
Nosotros cerramos con un superávit nuestra balanza de pagos , estamos
fortaleciendo eso, y vamos a seguir trabajando para que se fortalezca nuestra
economía”[7].
El presidente actual del BCV, tenía toda la razón en ese
momento (una semana antes de la devaluación del 08 de febrero), pero se impuso
una decisión que se ha convertido en el mayor error político (además de
económico) del chavismo. Actualmente pasa lo mismo, el Gobierno maneja una
posición externa de dólares, suficiente para enfrentar esta coyuntura adversa[8],
pero se ha tardado de tomar decisiones y el dólar paralelo se ubicó en un
umbral que hará que el precio del mercado permuta, beneficie a los poseedores
de dólares y joda a los trabajadores. Algunos tahúres amarillos y rojos se
frotan las manos para participar en ese festín.
Notas
[1] Ver http://www.aporrea.org/tiburon/a173951.html
[2] Ver la serie de artículos de Luis Salas, llamados “Es la
inflación el principal problema de la economía venezolana”…En
http://surversion.wordpress.com/2013/05/05/es-la-inflacion-el-principal-problema-de-la-economia-venezolana-reflexiones-de-economia-politica-en-torno-a-un-problema-muy-mal-planteado-primera-parte/
[3] Desde el mes de octubre del año pasado, se aceleró un
ataque especulativo al tipo de cambio, que inició un proceso de aceleración de
precios, que se mantiene hasta ahora (septiembre de 2013).
[4] Ver http://es.wikipedia.org/wiki/Poci%C3%B3n
[5] Ver
http://www.elmundo.com.ve/noticias/economia/politicas-publicas/econometrica--mercado-permuta-sera-restringido-y-l.aspx
[6] Comparto plenamente el enfoque que sostiene que el
problema cambiario actual debe analizarse desde la perspectiva de la pugna
distributiva entre el capital, que trata de apropiarse (privatizar) la renta
petrolera y mandarla al exterior. El documento publicado por Marea Socialista
esta semana es una lección de pedagogía de cómo analizar un problema económico
desde el punto de vista de los intereses del pueblo chavista trabajador.
Recomiendo su lectura en http://www.aporrea.org/trabajadores/a173971.html
[7] Ver en
http://www.elmundo.com.ve/noticias/economia/banca/el-bcv-aseguro-que-no-habra-devaluacion.aspx#ixzz2g3gRuGhj
[8] Ver en
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=173679&titular=venezuela-no-tiene-problemas-de-reservas-l%EDquidas-ratifica-bloomberg-
Simón Andrés Zúñiga: Economista venezolano, forma parte del colectivo Sociedad de
Economía Política Radical
Fuente: http://alainet.org/active/67712