miércoles, 25 de septiembre de 2013

Los raspa ollas de aquí y de allá: [...] "¡que muera la corrupción!"

Javier Biardeau R.

No cuesta mucho hilar los acontecimientos que se desataron en diferentes ámbitos tras la fatal recaída del Presidente Chávez (luego de entregarse en cuerpo y alma a la campaña electoral que lo llevo a la victoria del 7 de octubre del año 2012). Apareció un prototipo-humano que le importa poco el “país” y que prefiere optar por la ambición desmedida ante las circunstancias sobrevenidas: el raspa olla.

Las informaciones privilegiadas de aquellos sectores que han conformado históricamente un multifacético segmento de acumuladores delictivos de Capital (Federico Brito Figueroa dixit), los colocaron en una objetiva posición de ventaja dada la “asimetría de información” para lanzarse a una nueva aventura de rapiña, saqueo y piratería sobre el dinero-renta petrolera que merece ser utilizado para crear prosperidad y bienestar para todo el pueblo venezolano. Pero engordaron los bolsillos particulares.

Al parecer, estamos en un caso bastante patético de acumulación por desposesión (David Harvey dixit); es decir, utilizar todos los métodos de saqueo propios de la acumulación originaria de Capital (Marx dixit), para mantener, reproducir y oxigenar la racionalidad histórica inmanente del sistema capitalista y de sus actores de reparto: “dueños del circo, capataces y payasos”.

Porque en esta novela hay protagonistas y actores de reparto, y la famosa individualización de responsabilidades que se utiliza en la lógica jurídica se enfrenta a una cadena de complicidades en el sistema nacional de la corrupción institucionalizada.

No es la primera vez en nuestra historia que se utiliza como punto de arranque la captura y apropiación del ingreso fiscal petrolero de todos los venezolanos y venezolanas para engordar los bolsillos de la burguesía parasitaria: llámese “amarilla” o “roja-rojita”. Este es el sacrosanto misterio que motiva no publicar la lista del SITME del año 2012.

Se trata de un capítulo más de la telenovela del Viernes Negro y de RECADI, donde la devaluación, la inflación y la fuga de capitales, se atan para enriquecer a pocos y empobrecer a muchos. El problema es que esos pocos han creado un sistema de complicidades donde se mojan los intereses políticos de aquí y de allá: “Elemental, mi querido Watson.”

Y el pronóstico es negativo: no caerán peces gordos ni dueños del circo, sino tontos útiles y víctimas propiciatorias para calmar a las tribunas. Habrá muchos potes de humo. Es decir, payasos y más payasos. Nada de dueños de circo. Pues el circo financia la política. Los negocios controlan la política, Como decía Marx, en el capitalismo: “(…) el gobierno del estado no es más que la junta que administra los negocios comunes de la clase burguesa”. ¿Cuáles son los negocios comunes de la clase dominante? Un solo lema: ¡Acumulado, acumulad…como sea acumulad! Y en el contexto del rentismo-extractivista (exportación de materias primas), la acumulación por desposesión toma amplio relieve.

En el contexto de la crisis capitalista mundial, la acumulación por desposesión tiene por objetivo mantener el sistema actual, repercutiendo en los sectores empobrecidos la crisis de sobreacumulación del capital. Es decir, hacer más pobres a los pobres y más ricos a los ricos. Existen al menos cuatro prácticas que caracterizan la acumulación por desposesión, principalmente: la privatización, la financiarización, la gestión y manipulación de las crisis y redistribuciones estatales de la renta hacia la “oligarquía del dinero”.

Ya la crisis bancaria del año 2009 anunciaba los perfiles del charco político-financiero, dando cuenta del peligroso maridaje entre el Capitalismo de Estado y las fracciones del capital comercial-financiero. A la burguesía parasitaria le conviene obviamente el uso demagógico (el mareo ideológico) de la palabra “socialismo”, solo para obtener riquezas, prebendas y privilegios.

Si el “socialismo” es simplemente un recurso retórico para “marear rebaños electorales”, entonces la revolución bolivariana está atrapada en tres campos minados: a) el campo minado del Capitalismo de Estado, por una parte, una matriz desarrollista-populista de carácter neo-adeco; b) el campo minado de los doctrinarios del socialismo burocrático, cuya matriz es una extraña mezcolanza entre el estalinismo más ramplón, y el seguidismo ideológico-político a las nostalgias heroicas la revolución cubana; c) la tercera matriz es más profunda, es el mantenimiento del saqueo, pillaje y robo del ingreso fiscal petrolero para engordar los bolsillos de las personificaciones concretas del Capital, de aquellos sectores que apelan a aquel personaje del cómico “Joselo” cuando volteaba el cuadro del circunstancial “jefe de estado y partido de turno”, pues podía ser adeco o copeyano (¡qué más da!) si lo importante era mantener el “negociado”: acumulad, acumulad…como sea acumulad…

En otro contexto (URSS), la conversión del Partido-Estado soviético en Capitalismo de mafias (de camarillas políticas a mafias económicas), cuyo origen fue el traspaso del control de los activos estatales desde los miembros de la alta burocracia del estado soviético, altos funcionarios del partido, altos cuadros del estamento militar, policial, junto a sus servicios de inteligencia a los nuevos capitanes de la privatización, la financiarización, la gestión de las crisis y la redistribuciones de la renta hacia una nueva fracción de la “oligarquía del dinero”. ¿Y dónde están los anteriores camaradas miembros del extinto PCUS? En la “nueva clase capitalista rusa”.

Por tanto, es tan peligrosa para la revolución la existencia de la “burguesía amarilla” como la existencia de la llamada “boli-burguesía” (http://www.aporrea.org/ideologia/a43649.html), obviamente si se trata de una “revolución”. Porque un gobierno neo-populista puede ser funcional a los intereses de los nuevos grupos económicos de poder y sus gestores o padrinos políticos. De manera que la condición de posibilidad de este tipo de corrupción es la corrupción ético-política (Dussel dixit).

Sería profundamente ruinoso para la revolución bolivariana, que todo este debate sobre “la corrupción” se rodee de un clima de impunidad ante casos concretos de malversación o corrupción de cuello “amarillo” o “rojo-rojito”, generando ambientes de complicidad, pues lo que está en juego es la propia fibra ético-cultural, moral, del proceso iniciado como una corriente de lucha contra la corrupción desde sus orígenes aquel 4 de febrero de 1992. Y está siendo ruinoso. Los “raspa ollas” montan también sus tinglados para las elecciones de alcaldías: nuevo circo político-electoral si no se ataca a fondo la corrupción.

Decíamos en otros artículos que era conveniente referirse a los trabajos de Domingo Alberto Rangel (DAR) quién señalaba (en artículos en el año 2006 como Correo del Caroní y El Carabobeño): “En la Europa clásica, la burguesía creaba al Estado, aquí en Venezuela el Estado crea a la burguesía. Desde 1900 hasta el día de hoy, cada fracción burguesa surgida en los horizontes sociales de nuestro país ha sido obra del Estado”.

Domingo Alberto Rangel planteaba que bajo un Estado opulento, corrompido y caprichoso, podía convertirse en doce horas que necesita la luz de los cielos para alternar con las sombras, a un "peladito cantinflesco" en un “personaje aristocrático”. Desde hace cien años los sucesivos cabecillas de nuestra oligarquía han sido producidos por una incubadora milagrosa: la Tesorería Nacional. Es decir, son creación tipo Frankestein del presupuesto nacional.

Decía DAR el 20 de abril de 2006 (Correo del Caroní)). “La oligarquía bolivariana es el más reciente brote de la vieja plantación burocrática venezolana”. De manera que a la oligarquía histórica, se le agregan nuevos grupos privilegiados. Para DAR, “La celeridad en la creación de esa oligarquía se explica por la coincidencia de tres factores en el régimen bolivariano. El primero, la abundancia fiscal que comenzó en 1999, cuando Chávez encontró el petróleo en nueve dólares el barril y de inmediato vino la racha alcista que luego lo colocaría en sesenta y dos dólares y que, aunque atenuada, aún dura. Es cierto que los cincuenta dólares de hoy, reducidos a monedas de igual paridad, resultan muy inferiores a los de 1980, pero es evidente o innegable que a Chávez le ha correspondido una mejor experiencia de precios petroleros que a Caldera o al segundo período de Pérez. De todas maneras, la economía petrolera ha vivido un lapso de prosperidad que se traduce en abundancia fiscal. El segundo factor que ha propiciado el enriquecimiento acelerado de algunos cabecillas del oficialismo, es el descaro de clase. Entiendo por descaro de clase aquella ligereza moral, aquella desenvoltura rapaz que caracteriza a los plebeyos cuando de súbito cambia su suerte en la vida. En el fondo de todo plebeyo hay un trepador, o mejor, todo plebeyo es un trepador. El oficialismo se ha formado de plebeyos que en el sistema político o en los cuerpos militares veían con codicia, pero con frustración, el festín que saciaban adecos y copeyanos. (…) El tercer factor es la tolerancia, casi alcahuetería, diríamos, con que Venezuela siempre toleró y hasta aplaudió a los ladrones de su Tesoro Nacional. ¿Acaso no fue popular Páez que pasó de peón de sabana a latifundista por la hazaña de su lanza? ¿Y Guzmán, Crespo y Panchito Alcántara, no gozaron las mieles del prestigio popular? Un caudillo que robe siendo plebeyo y que siga conservando su cultura de plebeyo es algo que embelesa a los venezolanos.”

En el tono de DAR se transpiraba cierta fatalidad cultural: “Un caudillo que robe siendo plebeyo y que siga conservando su cultura de plebeyo es algo que embelesa a los venezolanos”. Viniendo de un ex ADECO era comprensible que nos recordara como la subcultura de la adequidad había construido la figura del “corrupto igualitario”: roba, pero deja robar. ¡Ay compadre, no me des, ponme donde haiga! El asunto es que la “corrupción igualitaria” es la base de sustentación de la pirámide de “corrupción de cuello blanco”, construyendo lealtades y complicidades: ¿Quién manda aquí? ¿Quién es el chivo que más mea? Como diría Briceño Guerrero en la corrupción se entremezclan los discursos salvajes, mantuanos y de la Europa segunda. Rencores inveterados, jerarquías señoriales, compadrazgos, padrinazgos y todo para acumular, acumular, acumular…

No se trata de levantar un discurso moralista sobre la corrupción, pues como diría Maquiavelo tiene usos no tan santos y eficaces para alcanzar, mantener y aumentar el poder. Pero la corrupción del poder puede atentar contra el propio poder. It is the cuestion. Por eso, los poderosos se lanzan a atacar a la corrupción, buscando un saldo político de legitimidad. Algunos como bandera, otros para capturar algunos payasos, pero ¿Se quiere desmontar el circo? ¿Se quiere atacar de raíz la corrupción? Lo dudo. En el capitalismo realmente existente y en el socialismo burocrático la corrupción siguió campeando porque la raíz está en la máxima: acumulad, acumulad, como sea, acumulad. Y mientras sea acumulad, y existan poderosos incentivos institucionales para hacerlo con medios poco honestos, se mantendrá el sistema nacional de corrupción. No es casual que DAR escribiera un texto bajo el título: ¡Aquí quien manda es el hampa! El hamponato de los raspa ollas es parte del país podrido. Rafael Pocaterra hubiese encontrado mejores personajes en la picaresca contemporánea para escribir un nueva versión de “Memorias de un Venezolano en una época de decadencia”. ¿Huele a decadencia? Digamos que es un elemento del cuadro de contradicciones. NO todo está perdido, se anuncian tempestades…

De manera que al leer el artículo de Luis Brito García llamado “cajas negras” (http://www.aporrea.org/actualidad/a168600.html) uno queda con el sinsabor de si se trata de mezclar un mazo de cartas para que no exista ni orden ni concierto (¿Cuarta república o Quinta república?) o a apuntar directamente a la raíz del problema (continuidad de la cuarta en la quinta república). Obviamente es mi confusión:

“Remedo de las Manos Muertas son las Cajas Negras, en las cuales todo entra y nada sale, o viceversa. Como decía Bolívar, el crimen trabaja en la sombra. Para ir entrando en materia, recordemos que en 1973 subieron los precios del petróleo, el ingreso público aumentó cuatro veces, y en lugar de registrarlo en el Presupuesto, Carlos Andrés Pérez decidió ocultarlo en un Fondo de Inversiones, de donde se esfumó sin que nadie supiera cómo. Paralelamente, todos los funcionarios e instituciones se dedicaron a incrementar otra Caja Negra, la Deuda Pública cuyo monto nadie conocía, hasta que los acreedores aumentaron unilateralmente los intereses, y desde entonces vivimos contrayendo Deuda Pública para pagar la Deuda Pública. Las estrellas que van a morir revientan en una Nova; las Cajas Negras se despiden con una Explosión Social.”

Primera alerta: circulo vicioso del endeudamiento, medidas de ajuste neoliberal y estallido social. ¿País rico o país pobre? ¿País pobre o pobre país? Lamento del discurso salvaje o necesidad de utopías revolucionarias para voltear el desorden existente, un nuevo pachakuti, en medio de las huestes caribes. ¿Quién sabe?

“Recordemos la PDVSA de la Cuarta República, cuyo director Luis Giusti declaró que la empresa que manejaba la principal riqueza de la República, no rendía cuentas porque “no había interés” en saber lo que pasaba adentro. Sí que lo había, y el intento de saberlo costó un golpe de Estado, un cierre patronal y un sabotaje petrolero que reportaron para Venezuela pérdidas de más de 15.000 millones de dólares. Mientras más se tarda en abrir una Caja Negra, más cuesta.”

Segunda alerta: ¿Seguirán siendo las cuentas de la PDVSA en la Quinta República ahora “bolivariana, antiimperialista, socialista y chavista” unas cuentas in-auditables para la contraloría social? Pues sí: “mientras más se tarda en abrir una caja negra, más cuesta.”

“Lo primero que la Estrella Negra deja de emitir es luz; lo primero que deja de presentar la Caja Negra son cuentas. Hacia 2006 el ministro del Trabajo me confió que no había una sola cooperativa que se pudiera considerar exitosa o modélica. Conocí muchos ejemplos. Entregado el dinero por el gobierno, el sabio administrador encontraba forma de invertirlo en camionetones o en ruinosos contratos que transferían todo a parientes o amigos. El efectivo siguió desvaneciéndose sin controles ni sanciones ni resultados. Igual mecanismo facilitó la desaparición en importaciones ficticias de más de 20.000 millones de dólares otorgados por el Sistema de Transacciones en Moneda Extranjera (SITME). La conducta que es recompensada tiende a repetirse.”

¿Dijo usted 20.000 millones de dólares del SITME? ¿Uno se pregunta si existe una verdadera indignación nacional ante semejante cifra? Pues no, el proceso de des-sensibilización progresiva propio del olvido selectivo ha generado la naturalización de eso que es sencillamente “indiferente”: ¡Me sabe a casabe! Los indignados son de España, aquí hay dignificados indiferentes.

El Presidente Maduro tiene toda la razón cuando advierte “La corrupción se va a tragar a la patria si no se le hace frente”. Los opinadores de oposición le replican: ¡Tarde piaste, pajarito! ¿Te habló el pajarito?

De manera que si “Todo corrupto es antichavista, es capitalista así se ponga una boina roja”, entonces la tarea es en extremo delicada y complicada, pues una cosa es un tumor encapsulado y otra una metástasis en todo el cuerpo social. ¿Quién tiene el verdadero diagnóstico para aplicar el mejor tratamiento? Se buscan expertos con alta eficacia en la cura, nada de yerbateros de poca credibilidad entre sanaciones comprobables. ¿O sí? ¿Aspiramos a un Milagro?

El Ministro Giordani públicamente reprochó el mal uso del Sitme por parte de empresarios. Eso apareció en los titulares de la prensa escrita, y reaparece en algunos recuadros cada vez más chiquitos de la prensa. Y desapareció luego por arte de magia. Fue tragado por un agujero negro que se llama el uso político del olvido selectivo. Cada 30 años nos lavan la memoria: ¡Aquí no ha pasado nada, es hora de inventar la rueda y el agua tibia! Socialismo sin memoria, capitalismo sin memoria, fascismo sin memoria, la rueca gira y gira, la molienda de carne humana devora las posibilidades.

El ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, señaló en aquel momento que el Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme), "fue una cobija para los banqueros venezolanos, y por esa razón fue eliminado". Las declaraciones fueron realizadas en el contexto de la presentación de su libro “Memorias de lo cotidiano” en Filven 2013, que se celebró en el Teatro Teresa Carreño.

Mi abuela decía que uno se arropa hasta donde llega la cobija, pero la cobija de los banqueros aún no sabemos que dimensiones tenía…o tiene.

También Giordani reprochó la creación de un sistema alternativo de divisas, al comentar que "ahora piensan en un sistema alternativo a ver si se siguen llevando los reales". Esta frase no debe olvidarse selectivamente: “Se siguen llevando los reales”, pues con el Sitme la fuga de capitales engordo las cuentas de algunos raspa olla en el exterior: "(…) se fueron del país más de 5 mil millones de dólares".

Eduardo Galeano nos ayuda a mantener esa nostalgia por lo que se llevaron, a ese “saqueo de los banqueros” no le sigue ninguna orden de “disparen a matar” como aquel 27 de febrero de 1989, más bien hasta indultos bajo cuerdas salen, entretelones, pillerías jurídicas. ¿Cómo puede hablarse de revolución si todavía la oposición canta a Yordano “Por estas calles”? Ciertamente, son manipulaciones del imperio, pero el síntoma es la manifestación de una enfermedad. El Imperio manipula síntomas, ¿Quién cura las enfermedades?


Comentaba Giordani que las importaciones durante 2012 ascendieron a 59 mil millones de dólares, e indicó que "por supuesto que necesitamos (las importaciones), pero la inflación se combate con la producción nacional". Volvemos de un plumazo a Alberto Adriani. ¿La modernización capitalista venezolana del siglo XX ha sido un esfuerzo trunco y en gran medida marcado por frustraciones? ¿Quién capitaliza la renta petrolera? ¿Las fracciones de la oligarquía del dinero o el pueblo?

Por otra parte, Giordani señaló que la economía venezolana "podría manejarse bien entre 40 y 50 mil millones de dólares", ampliando su cálculo de entre 35 y 40 mil millones de dólares anunciado en años anteriores.

"El sector privado nacional sólo produjo 3 mil millones de dólares por exportaciones. Qué clase burguesía es esa. Es parásita. Les damos dólares y no exportan nada".

Sin embargo, ¿Por qué interpelar a la burguesía? ¿Cuándo vamos a construir el socialismo sin burguesía? ¿O es que es con burguesía exportadora, importadora o parásita que se construye el socialismo? Sobran dudas.

¿De cuál socialismo me estás hablando?, me regaña un trotskista. Yo lo mando a leer a Briceño Guerrero, como para decirle: Ni los bolcheviques ni los mencheviques entendieron a nuestros chequeviches…es decir a los raspi´ cueros de los que hablaba Betancourt, los raspa ollas de aquí y de allá.

¿Y quién fusilará a los fusiladores? (Tesis inexistente de Feuerbach?-Marx dixit)

Lo interesante de todo esto es el ciclo vicioso de fuga de capitales, inflación y devaluaciones posteriores: ¿Qué ocurre con las condiciones de vida del “pueblo”? Como escuche decir en la emergencia del Hospital Clínico Universitario, mientras esperaba un antídoto que nunca llegó: ¡A ese viejo tíralo pa´alla! Y los llaman “médicos y enfermeros”… ¿Confusión de palabras? Claro que son unos “coño e madres” desalmados…discurso salvaje esta palabra que se ajusta perfectamente al contexto.

Por si fuera poco, agregaba Giordani que "sin el control de cambio las reservas internacionales no durarían un día". Es decir, Acumulación por desposesión, saqueo, pillaje y robo de las “reservas nacionales” que son trasferidas a la “oligarquía del dinero” en medio del “carnaval revolucionario”: máscaras, máscaras, máscaras. Mientras, los asesores pilluelos intentan convencer a los políticos que la “corrupción” no conviene manejarla como tema de la agenda política. Hay demasiados “cables pelaos”, le dicen al Sr. Presidente. - Aquí lo que hace falta es “control de daños” -, los más osados se lo dicen en “inglish”: “Damage control”, Jefe. ¿Qué piensa y siente el jefe? ¿Todavía siente?

¿De quién son los dólares? Usted imagine la respuesta. Escucha algo así como la “mitología de sembrar el petróleo”. Versiones de la frase van y vienen, y la prosperidad y bienestar del pueblo venezolano tiende a convertirse en un espejismo efímero, si lo que tiene supremacía es la inflación, la debilidad de la oferta interna y la alta dependencia del financiamiento internacional ante el cada vez más insuficiente ingreso fiscal petrolero. A unos le aprietan el cuello, a otros las bolas, pero algunos pocos no se bajan del imaginario del “mayami nuestro”. - Esto es una dictadura -, yo me voy pa´mayami, ¿Ya pediste la solicitud en Cadivi? El pasaporte me lo entregaron ahí mismito… ¡Qué dictadura!

De manera que la pregunta para las futuras elecciones en Venezuela pudiera ser: ¿Cuál de estos candidatos representa los intereses y ambiciones de los raspa ollas y raspi cueros? ¿Dónde está el resultado de las investigaciones sobre aquellas empresas que constantemente fueron favorecidas con las asignaciones del Sitme? ¿Dónde están no los payasos del circo ni algunos capataces, sino los dueños del tinglado? ¿Dónde están las denuncias contra bancos privados que no asignaban las divisas del mecanismo, a pesar de retener “durante meses” los bolívares de las empresas que requerían dólares? ¿Dónde están? ¿Dónde están?... las interrogantes hacen eco reverberante hasta convertirse en ruido, luego en nada…

Hay muchas cajas negras, estimado Luis Brito García, pero además hemos dejado colar muchos strikes como aquella opinión que afirmó que “una devaluación de 46% del bolívar, busca preservar los “logros sociales” del Gobierno”. Por favor, ¿le pueden dar un premio nobel de economía a quienes plantean eso? Desde el año 83 estoy escuchando que la devaluación permitirá mejorar la economía y los términos de intercambio de nuestras materias primas. Hasta ahora, veo decadencia con cortos periodos de fiesta compensatoria. Si los médicos fueran economistas, las clínicas y hospitales estarían vacíos…. Una pequeña pregunta para un cuestionario: ¿En quién confía usted, en un médico o en un economista? Otros asunto: Pregunta: ¿Para qué sirven los sociólogos? Para nada, sólo para criticar a los economistas.

Para aquellos que promueven devaluaciones en artículos de opinión, páginas web y sacan sus argumentos de los libracos económicos que denominan “consenso macroeconómico básico”, también tienen que señalar ¿Cómo se preservaran y se incrementaran los logros sociales, el bienestar del pueblo, con medidas de devaluación para hacer “competitiva” la industria nacional y promover las “exportaciones no tradicionales”? A mí que me expliquen ¿Cómo? Hay tantas mediaciones que no me parece nada automático una “causación circular acumulativa”. - Mira chico, hasta Marx sabía que eso era así -, escucho…

Los economistas como los sociólogos piensan que Marx era Economista y Sociólogo: ¡Que disparate! Cuando uno habla de crítica a la economía política, y de unas paginitas por allí de “Miseria de la filosofía” donde Marx habla de economía vulgar, los economistas me fruncen el ceño, ¡“macroeconomía básica, compadre, macroeconomía básica”! Bueno…

La economía es algo bastante delicado como para dejárselo sólo a los economistas, decía Chávez en uno y otro discurso. Yo desconfió cuando operan sólo con modelos teóricos, expectativas racionales, costos de oportunidad y curvas de oferta y demanda. ¿Y dónde está la gente de a pie en estas “abstracciones”? ¿Sabrán los economistas qué es filosóficamente una “abstracción”, y qué consecuencias tiene tomar decisiones sólo con base a postulados y abstracciones?

Hay que tener cuidado con los “aprendices de brujos” modernos. Lo que se ofrece con el “discurso económico” en su vertiente tecnocrática, es poca cosa si no se traduce en una “macroeconomía y una macro política para el desarrollo humano integral”. Sin esto, ¿Quién puede confiar en los sesudos economistas?

De manera que, hay demasiados ámbitos interrelacionados cuando se señala que el tema económico se articula al tema de la “corrupción”. Ningún socialista o "revolucionario" puede ser corrupto, se dice ahora con alto volumen. ¿Y porque no publicamos la lista del SITME, entonces? ¿Puede alguien pensar que la corrupción es revolucionaria?

El jefe de Estado pidió al pueblo que luche contra la corrupción donde sea que se encuentre, "en campos amigos" o en la "derecha fascista", donde, dijo, hay "un festín de pillos" que quieren vender las riquezas del país. "¿Puede alguien pensar que la corrupción es revolucionaria?", se preguntó Maduro ayer 24 de junio de 2013. ¡Qué quede grabado en la historia!

Maduro reiteró que quien quiera rendir homenaje a Chávez que, aseguró "murió pobre, no dejó herencia, no dejó nada cuando se fue de esta vida", debe luchar por un país de ciudadanos honestos. Estas declaraciones de Maduro podrían concretarse no sólo en la captura de “varios funcionarios públicos presuntamente implicados en casos de corrupción” en el marco de una campaña que, según Maduro, hará frente al problema a todos los niveles.

¿Repetiremos el método RECADI para lavarnos las manos? ¿Hay que meter preso a un “chinito” para calmar a las tribunas, para que las “hordas” del Coliseo se queden quietas? ¿Dónde está la cadena de complicidad que legitimó los capitales del SITME; es decir, desde el trámite para la adquisición de divisas, el proceso de importación, nacionalización, verificación de las importaciones, liquidación de impuestos y tasas de importación, y declaración de cierre? ¿Se importó realmente chatarra o no se importó nada para legitimar esos capitales mientras se cometieron delitos cambiarios que son castigados con fuerza de ley? ¿Efectivamente existe “una clase burguesa parásita”? ¿Equivalen esos aproximadamente 20.000 millones de dólares del SITME al pago de 85% de la deuda externa que tenía Venezuela en febrero de 1.999?

El eliminado SITME, ¿demostró ser una herramienta para que la Burguesía Importadora destinara más del 92% de las divisas recibidas (cerca de 24.000 millones de dólares) para generar ganancias exorbitantes, colocando en el mercado nacional bienes y servicios foráneos, financiados al tipo de cambio 5,30 Bs./$, pero vendidos al cambio paralelo, promediado en 2011-2012 a 16 Bs/$? ¿Se seguirá utilizando a la Banca Privada, como agente de intermediación financiera, para adquirir a un precio superior al dólar oficial (6,30 Bs/$), las divisas necesarias para especular al pueblo con precios fijados a tipo de cambio del mercado paralelo perdón, para importar bienes y/o servicios-, hoy situado entre 23 y 25 Bs/$?

La verdad de los raspa ollas es que en el mejor de los casos compran con dólar barato y venden a precios de dólar especulativo, cuando no se dedican a comprar y revender “divisas convertibles”. ¿Se seguirán utilizando herramientas para transferir a la Burguesía Importadora y especulativa (parásita) los dólares preferenciales necesarios para que ésta reproduzca la lógica del capitalismo, para asegurar la acumulación de riquezas en manos de pocos, para destruir el naciente tejido productivo nacional y llamado socialista, y para fortalecer el modelo rentista Venezolano?

Algunas voces han señalado que:

“El SITME logró estabilizar el tipo de cambio paralelo, pero su lógica de funcionamiento generaba otros problemas adicionales. El primero, tenía que ver con que el mecanismo funcionaba con el stock de títulos de deuda indexada a dólares (bonos de PDVSA y del Gobierno). Esto significaba, mantener un círculo vicioso de endeudamiento y promovía la dolarización. Es decir, el mecanismo funcionaba a punta de endeudamiento y conspiraba contra el ahorro en bolívares fuertes. El segundo problema, es que se le concedió un gran poder discrecional a la Banca. Es decir se les permitió a los zamuros que cuidaran y repartieran la carne. La banca hizo y deshizo con los dólares que pasaron por ahí. Por supuesto, siempre con la venia de los Caballos de Troya infiltrados en el sector público, que hoy amasan importantes fortunas.” (http://www.aporrea.org/tiburon/a161692.html)

“Me temo que este sistema de otorgar dólares sin mucho control a través de compra de títulos, en lugar de favorecer a la nación venezolana para su desarrollo económico, está sirviendo para evadir impuestos (CADIVI pide una serie de Solvencias) y comprar cuanta cosa quieran los importadores, desde caramelos, chicles, chocolate, barajitas y comprar y comprar artículos que se producen en el país con mucho trabajo y sacrificio, como son la telas y productos confeccionados los cuales sufren mucho debido a las importaciones y subfacturadas (…) la compra de estos títulos a través del SITME va a servir para una gran fuga de divisas, si no se le pone un mejor control a la venta de estas divisas.” (http://www.aporrea.org/contraloria/a159367.html)

“Sería un extraordinario y masivo ejercicio de Contraloría Social, publicar los beneficiarios de las asignaciones de Cadivi y SITME, en especial los llamados sectores industrial, de alimentos, repuestos y farmacéutico. Vamos a ver cuántos justifican sus elevados precios.” (http://www.aporrea.org/contraloria/a159318.html)

“Es la oportunidad de poner al descubierto a los sectores que han venido atacando la medida y tratando de justificar una escalada en los precios de los productos de primera necesidad que son importados. Sería interesante ver los volúmenes de divisas aprobadas a estos sectores, las compras efectuadas en el exterior, sus ventas realizadas en el País, sus disponibilidades en inventarios, la utilidad generada y los impuestos cancelados a la Nación (…) Es una manera de darle transparencia a la información y saber a ciencia cierta, quienes reciben divisas y cuál es su destino final.” (http://www.aporrea.org/contraloria/a159318.html)

“No basta solo decir que la burguesía extrae las divisas para especular, necesitamos ponerle nombre y apellido a esa desviación y tomar los correctivos. Las divisas son un patrimonio de la nación y se obtienen mayormente de la venta de petróleo y sus derivados. Los venezolanos deberíamos ver esas listas y su destino final.” (http://www.aporrea.org/contraloria/a159318.html)

He leído recientemente a Nicmer Evans (http://www.aporrea.org/contraloria/a168426.html): “En el marco de la lucha contra la corrupción, he escuchado de voces autorizadas como la del politólogo Heiber Barreto Sánchez y el profesor Vladimir Acosta, pedir la publicación de las listas de quienes accedieron a estos dólares y que son responsables de tal desfalco a la nación, pero sin embargo, aún no existe el primer detenido sobre este caso, por no decir que a nadie se le ha expropiado bienes que compensen esta estafa. Aún más, ¿Dónde están los responsables administrativos del Sitme que asignaron tal cantidad de dólares sin ningún tipo de control perceptivo de lo que supuestamente fue adquirido?”

“El país necesita una respuesta urgente ante este caso, que es más grave aun cuando pensamos que este monto pareciera estar por debajo de lo realmente robado, pudiendo ser alrededor de los 25 mil millones de dólares con los cuales se hubiese logrado amortiguar el impacto de la devaluación, lo que implica que al final todos los venezolanos estamos pagando por el enriquecimiento ilícito de unos estafadores de los cuales se tiene todos sus datos, pero la impunidad es la que termina mandando.”

"Recibimos un buen susto que afortunadamente no nos sacó del poder. Pero si a quienes nos gobiernan se les pasa el susto, lo que va a pasar es que vamos a ir hacia el desastre y la oposición no va a necesitar conspirar sino que nos va a ganar la elección. Por eso la tarea aquí es gobernar asustado". Vladimir Acosta: Si a los que gobiernan se les pasa el susto vamos hacia el desastre

Y en segundo lugar, en dicho evento insistió en la necesidad de poner término a la corrupción que existe dentro del proceso y dijo:

"Hay que enfrentar la corrupción y la impunidad que se ha alentado aquí desde el propio gobierno".

Mensajes directos a “los raspa ollas”. El asunto es que son de aquí y de allá. Corruptos oligarcas y corruptos igualitarios. Zoológico complejo. Estoy de acuerdo con Vladimir Acosta por varias razones, pero sobre todo por una: dice lo que piensa y siente.

Otros dicen lo que no piensan ni sienten. ¡Qué muera la corrupción! Primero acabemos con la corrupción de la palabra… ¿Me entendieron raspa ollas?



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