martes, 19 de noviembre de 2013

En el día de la alimentación ¡Dejen de jugar con la comida!

Delia Polanco-Loaiza 
Colectivo CARIACO*
17 de noviembre de 2013

Recuerdo a mi Abuela allá en la Montaña de Tocópero, diciéndonos: ¡Dejen de jugar con la comida, eso es malo, el alimento es sagrado!  ¡Ah, sabiduría!  Legado de la cosmovisión de nuestras sociedades originarias, y que han guardado nuestros campesinos y campesinas: el alimento es un regalo de la Madre Tierra, el alimento somos nosotrxs mismxs.

Hoy el alimento pasó a ser ‘cosa’, mercancía, lo dejamos en ‘Otras’ manos, no conocemos quién lo produce, cómo y cuándo se produce, de dónde viene, cómo llegó al ‘supermercado’, no sabemos qué comemos, a menos que suenen las alarmas –léase, las consecuencias- del sistema globalizado de alimentos: leche contaminada, cereales con aflatoxinas, pepinos con Escherichia coli, vacas locas, pollos con dioxinas, carnes saturadas de antibióticos y hormonas, o contaminados por cualquier químico para conservar los largos recorridos para llegar a nuestros platos.  Y así van en aumento las enfermedades trasmitidas por alimentos (ETAs).

Mi Abuela no lo creería, ¡el alimento que nutre que es vida para dar vida, ahora nos enferma!  Tampoco creería que ya no comemos ‘a la hora’, y todos juntos en la mesa, ni que el dulce de cerezo y de semeruco no se utilizan pa enamorá; que desapareció la arepa de mijo y casi no hay arepa pelá;  que en semana santa no se hace mazamorra, ni majarete ni dulce de batata morá, y que en navidad ya no sabemos quién hizo la mejor hallaca porque ahora se compran.  Que ya los muchachxs no se comen las guayabas ni los nísperos, escondios’ en el cogollito de los arboles o la lechosa ‘pajarito’ sentados en el tronco de la mata; que tenemos que comprar medicinas pa’ la tos porque nadie sabe hacer el jarabe taparita;  que ya no hacemos espantapajáros con la ropa vieja rellenos de rastrojo porque no hay conuco…  ¡Ah mundo, todos se fueron pa’ ‘la compañía’, -algunos quedaban-, pero llegó la cementera –que además-, nos quitó el cerro de Turupía, el que atrapaba las nubes pa’ que lloviera.  Lo dinamitan a diario porque necesitan ‘la piedra’, o sea, sus entrañas pa’ el desarrollo… ¿Y el ojo de agua?  Seco.

El alimento es mucho más que un plato de comida, –que ya es bastante-.

*Docente-Investigador Fagro-UCV/Militante de CARIACO (Colectivo Amplio para la Retoma e Investigación de la Agricultura Campesina y Originaria). Correos: cariaco.vzla@yahoo.com.ve; polanco.delia@yahoo.es

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