domingo, 22 de diciembre de 2013

Revisitando algunos alertas sobre la transición al socialismo en las actuales circunstancias

Por: Javier Biardeau R.

Pudiera suponerse que revisitar aspectos teóricos de los planteamientos clásicos de Marx y Engels sobre la transición al socialismo en medio de problemáticas más urgentes y actuales, como la llamada “guerra económica”, el “plan de colapso total” o el debate sobre la “ley habilitante”, es una actividad carente de sentido.

Sin embargo, no se trata de re-vivir un dogma anacrónico, sino de aprender algunas lecciones para el pensamiento crítico socialista, como momento reflexivo de la praxis en las actuales circunstancias.

¿Qué ocurre si advertimos que la actual coyuntura de “crisis económica” parcialmente inducida y cabalgado por sectores de la derecha nacional e internacional, es producto de profundas debilidades teóricas, de inconsistencias de la política revolucionaria en el terreno económico, de carencia de referencias en la ética socialista, en el pensamiento crítico y en las ciencias sociales e históricas (particularmente en la crítica rigurosa de la economía política del Capital) para orientar otras coordenadas a la política económica (tanto para la coyuntura como para darle aliento a cambios estructurales); carencias ostensiblemente presentes en el Bloque Popular, Democrático y Revolucionario, para avanzar en las tareas inmediatas y mediatas de la transición al socialismo?

¿No podría convertirse en una letanía repetitiva y vacía convocar permanentemente a una “revolución económica” para salir del rentismo-petrolero y diversificar el aparato productivo nacional (como si fuesen asuntos que no tienen incidencia alguna en los conflictos entre intereses de grupos, sectores y clases)? ¿Acaso olvidamos los aportes de Varsavsky cuando definía un estilo de desarrollo como el modo de vivir, trabajar y evolucionar como sociedad, que incluye el modo de consumo, las relaciones laborales, el estilo tecnológico, científico y artístico, junto con las maneras de actuación de las fuerzas políticas (estilos políticos)?

¿Acaso olvidamos los aportes de pensadores latinoamericanos como Aníbal Pinto cuando definió el estilo de desarrollo como la manera en que dentro de determinado sistema (capitalista, mixto o socialista), se organizan y asignan los recursos humanos y materiales, con el objeto de resolver los interrogantes sobre qué, para quiénes y cómo producir los bienes y servicios? ¿Acaso olvidamos como señalaba sobre el mismo tema Jorge Graciarena, que un estilo o modelo de desarrollo (su formalización) es el resultado de la articulación dinámica entre relaciones de poder, entre el Estado, el poder y el mercado en una determinada sociedad basado en ideas, valores e ideales, explícitos o silenciosos; que operan como guiones (y marcos de sentido) de prácticas y comportamientos sociales?

¿No es acaso el capitalismo neoliberal la máxima expresión de la hegemonía del fundamentalismo de mercado y de las fracciones sociales del capital financiero y especulativo? ¿Puede alcanzarse la justicia social, la inclusión, la autodeterminación nacional y el equilibrio ambiental, como apoyo activo a las capacidades de recuperación de los sistemas ambientales, en el marco del capitalismo neoliberal?

Y más allá de la hegemonía del neoliberalismo, ¿Sera posible hacerlo en cualquiera de las variantes del capitalismo realmente existentes: bajo orientaciones de política keynesianas, de economía del bienestar, del estructuralismo, del institucionalismo o del post-keynesianismo?

¿Es posible convocar a fracciones de las llamadas burguesías productivas, como aliados para el desarrollo y diversificación de las fuerzas y capacidades productivas, tecnológicas, humanas, de capital social bajo una orientación socialista democrática?

¿Cómo crear efectivamente las condiciones de la superación del rentismo (superación que no será abrupta sino gradual y planificada), discurso que comenzó con la tesis del Primer Plan Económico de la Revolución Bolivariana (Los Cinco Equilibrios), con la proyección del modelo de “desarrollo endógeno”, y que actualmente gira casi imperceptiblemente para los oídos profanos, en la angustiosa búsqueda de un “crecimiento” basado en las exportaciones no petroleras? ¿Búsqueda de divisas? ¿Crisis de la oferta-producción interna? ¿Raquítico despliegue del “modelo productivo socialista”? ¿Desproporción del crecimiento de sectores importadores y especulativos, debilitada inversión reproductiva para la acumulación, crecimiento y distribución de excedentes desde las capacidades del mercado interno y la ampliación de mercados aliados bajo esquemas ciertos de integración? ¿Dijo usted “Socialismo Productivo”? ¿Dijo usted Independencia Económica?

¿Sabemos que la hegemonía neoliberal tiene como bases de apoyo al gran capital del sector financiero, comercial, empresas transnacionales, grandes empresarios asociados a estos intereses; sostenido por los estratos altos y medios con patrones de orientación valorativas congruentes con el modo de vida consumista y elitista, inducido exógenamente? ¿Serán estos sectores favorables a estilos de desarrollo orientados por el “desarrollo humano sustentable”, o incluso por el Socialismo del siglo XXI?

¿Con cuál “bloque histórico de fuerzas sociales y políticas” se apunta al desarrollo y diversificación de las fuerzas productivas, la expansión de empleos de alta productividad y con una sustantiva mejora de la distribución del ingreso? ¿Con cuáles fracciones empresariales y grupos económicos se pretende impulsar el “socialismo productivo”, si somos tan alérgicos al discurso de reconocimiento de los intereses de las clases capitalista, sus fracciones, alianzas y conflictos: comerciales, industriales, bancarias y rentistas particulares, con sus diferentes magnitudes de capital (grandes, medianos y pequeños), composiciones y gradaciones?

¿Existe efectivamente la posibilidad de lograr un estilo de desarrollo sustentado en la producción de satisfactores, para pasar del aumento en el “nivel de consumo de bienes y servicios” a la “calidad de vida”, al ya olvidado “buen vivir” hacia los sectores populares, a partir de un patrón de crecimiento económico (distribución y redistribución de ingresos, generación de mayor y mejor empleo), basado en la unidad nacional, la expansión agro-productiva, la re-industrialización y la generación permanente de progreso científico-técnico y aumentos de productividad? ¿Habrá pasado ya el tiempo del ideal que proyecta los desarrollismos nacional-populares incluyentes?

¿Existe acaso la posibilidad de generar estilos culturales para el desarrollo creativo y no imitativo, con una educación masiva de calidad, con la movilización de la creatividad y la participación popular, con innovaciones científicas, tecnológicas y humanísticas, cuyos valores sean la solidaridad y la inclusión, en oposición al elitismo excluyente y competitivo?

Por cierto, el concepto de estilos de desarrollo nace en Nuestra América como una ampliación de la definición convencional del desarrollo capitalista, implicando mucho más que crecimiento económico, ya que se refiere para su evaluación, a la proyección social y política del dinamismo de las principales variables económicas, como a la modificación de la estructura social para reducir los grados de desigualdad hasta liquidar cualquier forma de exclusión social.

De manera que el debate sobre la transición socialista: ¿Debe hacer caso omiso a la discusión del estilo de desarrollo? ¿Acaso no fueron diferentes los estilos de desarrollo de los llamados socialismos reales del siglo XX: URSS (industrialización pesada), China (Industrialización ligera), Yugoslavia (autogestión), y Cuba (¿Plataforma de exportación de azúcar subsidiada por la URSS?)?

¿Son Paradigmas, modelos y enfoques a ser reactivados e imitados como “modelos de socialismo”?

Por otra parte, ¿Qué queda hoy del proyecto socialdemócrata de economía mixta de bienestar? ¿Acaso son mal evaluados desde el punto de vista del desarrollo humano y la sustentabilidad, países que experimentaron el despliegue de las potencialidades de este modelo de integración social y regulación del capitalismo en materia de equidad, libertad y solidaridad?

Dentro de este planteamiento global, ¿Cómo caracterizar el “estilo de desarrollo” que proyecta la revolución bolivariana vinculándolo con los sistemas históricos de producción (capitalismo, economía mixta y socialismo) y con las estructuras (llamadas convencionalmente como: desarrolladas, camino al desarrollo y subdesarrolladas)?

¿Cuál es la opción política, social y económica adoptada por la revolución bolivariana, para cada coyuntura dinámica, dentro de un sistema y estructura determinados? ¿No se basó acaso el Primer Plan de la revolución bolivariana en un capitalismo productivo con inclusión social, que avanzaría hacia el desarrollo integral y la economía mixta? ¿Qué transformaciones ocurrieron con los sucesivos planes en la revolución bolivariana cuando se estableció como meta el tránsito al socialismo del siglo XXI para llegar al enunciado de superar la llamada “barrera del no retorno”, desde el nuevo mapa estratégico, el Primer Plan Socialista “Simón Bolívar” y el programa “Independencia y Patria Socialista”?

¿Acaso el “modelo productivo socialista” no pasa por modos de propiedad, apropiación y cambio radicalmente distintos a los procesos de trabajo capitalistas? ¿Acaso no se propone superar la división jerárquica del trabajo, la estructura de mando capitalista y la lógica de generación de excedentes por la vía de la apropiación de plus-trabajo? ¿Cómo se caracterizaría eso de una “economía mixta de transición al socialismo”? ¿Qué sucede con las relaciones sociales de producción, con las formas de propiedad, con el cálculo económico, con la división del trabajo, con el proceso de planificación y organización de la cooperación social de la producción y la distribución en estas condiciones de la transición? ¿Qué sucede con la ética del trabajo y del consumo, con los incentivos materiales y morales? ¿Qué sucede en el terreno de la conciencia revolucionaria?

¿Cómo pensar estas condiciones de la transición al socialismo desde la periferia latinoamericana, desde la dependencia histórica y lo que sin ambigüedades se denominaba el “subdesarrollo latinoamericano”? ¿Cuáles fuerzas sociales y políticas impulsan el cambio estructural en una clara dirección socialista que implica profundos procesos de socialización del poder social? ¿Con cuáles movimientos de trabajadores clasistas? ¿Con cuáles movimientos campesinos? ¿Con cuáles movimientos estudiantiles y de juventudes socialistas? ¿Con cuáles movimientos de pueblos originarios? ¿Con cuales movimientos de mujeres? ¿Con cuáles movimientos de sectores profesionales, científicos y técnicos? ¿Con cuáles movimientos ecológicos? ¿Con cuales “nuevos” movimientos sociales: sexo-diversidad, pro-aborto, culturales, musicales? ¿Con cuáles movimientos de pobladores y de consejos comunales? ¿Cómo se comprende la autonomía de los movimientos sociales y la conformación de los consejos del poder popular? ¿Con cuáles partidos políticos de orientación revolucionaria? ¿Se ha superado la figura del partido-único/burocracia de Estado como fórmula de transición al socialismo?

Y para colocar la guinda: ¿Con cuáles sectores empresariales con una visión de “independencia nacional” y proclives al “socialismo democrático”? El riesgo es que un Socialismo sin la acumulación efectiva de fuerzas sociales y políticas de apoyo es un Socialismo aéreo.

Maíz, censura y corrupción en la ciencia

Por: Silvia Ribeiro

En 2012, un equipo científico liderado por Gilles-Éric Séralini publicó un artículo mostrando que ratas de laboratorio alimentadas con maíz transgénico de Monsanto, durante toda su vida, desarrollaron cáncer en 60-70 por ciento (contra 20-30 por ciento en el grupo de control), además de problemas hepato-renales y muerte prematura. Ahora, la revista que lo publicó se retractó, en otra muestra vergonzosa de corrupción en los ámbitos científicos, ya que las razones esgrimidas no las aplica a estudios iguales de Monsanto. El editor admite que el artículo de Séralini es serio y no peca de incorrecto, pero que los resultados no son concluyentes, algo que atañe a gran cantidad de artículos y es parte del proceso de discusión científica.

La retractación viene luego de que la revista contratara como editor especial a Richard Goodman, un ex funcionario de Monsanto, y como corolario de una agresiva campaña de ataque contra el trabajo de Séralini, orquestado por las trasnacionales. El caso recuerda la persecución que sufrió Ignacio Chapela cuando publicó en la revista Nature que había contaminación transgénica en el maíz campesino de Oaxaca.

En otro contexto, pero sobre el mismo tema, Randy Schekman, galardonado con el Nobel de Medicina 2013, al recibir el premio llamó a boicotear a las publicaciones científicas “como Nature, Science y Cell”, (y podría haber incluido a la que ahora retractó a Séralini) por el daño que le están haciendo a la ciencia, al estar más interesados en impactos mediáticos y ganancias que en la calidad de los artículos. Schekman aseguró que nunca más publicará allí y llamó a publicar en revistas de acceso abierto, con procesos transparentes. Se suma a otras denuncias sobre la relación incestuosa de las industrias con este tipo de revistas, para lograr la autorización de productos a través de publicar artículos científicos.

El estudio de Séralini es muy relevante para México, porque las ratas fueron alimentadas con maíz 603 de Monsanto, el mismo que las trasnacionales solicitan plantar en más de millón de hectáreas en el norte del país. Si se aprobara, este maíz entraría masivamente en la alimentación diaria de las grandes ciudades del país, cuyas tortillerías se abastecen principalmente en esos estados. Como México es el país donde el consumo humano directo de maíz es el más alto del mundo y durante toda la vida, el país se convertiría en una repetición del experimento de Séralini, con gente en lugar de ratas, con altas probabilidades de desarrollar cáncer en algunos años, en un lapso de tiempo suficiente para que haya cambiado el gobierno y las empresas nieguen su responsabilidad, alegando que fue hace mucho y no se puede demostrar el maíz transgénico como causa directa.

El artículo de Séralini fue publicado en la revista Food and Chemical Toxicology, luego de una revisión de meses por otros científicos. A horas de su publicación y en forma totalmente anticientífica (no podían evaluar los datos con seriedad en ese tiempo) científicos allegados a la industria biotecnológica comenzaron a repetir críticas parciales e inexactas, curiosamente iguales, ya que provenían de un tal Centro de Medios de Ciencia, financiado por Monsanto, Syngenta, Bayer y otras multinacionales.

Para retractar el artículo, ahora se alega que el número de ratas del grupo de control fue muy bajo y que las ratas Sprague-Dawley usadas en el experimento tienen tendencia a los tumores. Omiten decir que Monsanto usó exactamente el mismo tipo y la misma cantidad de ratas de control en un experimento publicado en su revista en 2004, pero sólo por 90 días, reportando que no había problemas, logrando la aprobación del maíz Mon603. Séralini prolongó el mismo experimento y lo amplió, durante toda la vida de las ratas, y los problemas comenzaron a aparecer a partir del cuarto mes. Queda claro que la revista aplica doble estándar: uno para Monsanto y otro para los que muestran resultados críticos.

El equipo de Séralini explicó que el número de ratas usadas es estándar en OCDE en experimentos de toxicología, pero para estudios de cáncer se usan más. Pero su estudio no buscaba cáncer, sino posibles efectos tóxicos, lo cual quedó ampliamente probado. El mayor número de ratas en estudios de cáncer es para descartar falsos negativos (que haya cáncer y no se vea), pero en este caso la presencia de tumores fue tan grande que incluso para esa evaluación sería suficiente. Igualmente su equipo señaló desde el inicio que se deben hacer más estudios específicos de cáncer.

A nivel global hay varios comunicados firmados por cientos de científicos defendiendo el estudio de Séralini, pero en México la Cibiogem (comisión de bioseguridad) haciendo gala de su falta de objetividad y compromiso con la salud de la población, solamente publica el lado de la controversia que favorece a las trasnacionales, ignorando las respuestas de numerosos científicos independientes.

Esto es más preocupante ya que el gobierno afirma que la liberación de maíz transgénico en México se decidirá por criterios científicos. Sin embargo, consulta solamente a científicos como Francisco Bolívar Zapata, Luis Herrera Estrella, Peter Raven y otros que tienen conflictos de interés por su relación con la industria biotecnológica. El tema del maíz en México excede los aspectos científicos, pero cualquier consulta debe ser abierta y con científicos que no tengan conflictos de interés. Por ejemplo, tomar en cuenta los documentos de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, apoyados por más de 3 mil científicos a nivel mundial.

- Silvia Ribeiro es investigadora del Grupo ETC


Pronunciamiento de la II Cumbre Amazónica de COICA

Pronunciamiento de la II Cumbre Amazónica de COICA en solidaridad con CONAMAQ ante la agresión del gobierno a su local institucional

Las organizaciones de pueblos indígenas presentes en esta Segunda Cumbre, teniendo conocimiento de los lamentables acontecimientos acaecidos en Bolivia la noche del 10 de diciembre; el asalto y la ocupación de la casa de gobierno del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ) principiada por una turba de individuos financiados por el gobierno y completada luego por fuerzas de la policía Boliviana.

Manifestamos nuestra más profunda preocupación porque desde la noche del martes 10 de diciembre las autoridades originarias del CONAMAQ están impedidas de desarrollar sus actividades con normalidad toda vez que no se les permite ingresar a sus oficinas y hacer usos de sus equipos de computación y comunicación, tan necesarios para la vida organizativa de los pueblos indígenas.

Repudiamos la actitud intervencionista y divisionista del gobierno de Bolivia con las organizaciones de pueblos indígena como fue en el año 2012 con la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) y ahora con CONAMAQ por el solo hecho de exigir el respeto y el cumplimiento de sus derechos a la vida, territorio y libre determinación.

Hacemos un llamado a la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos, al Foro Permanente sobre cuestiones indígenas, al Mecanismo de Expertos para los Derechos de los Pueblos indígenas, el Relator Especial James Anaya a pronunciarse sobre las flagrantes violaciones a los derechos humanos y libertades fundamentales de los pueblos indígenas de Bolivia y del CONAMAQ.

Exigimos la inmediata devolución de la casa, oficinas, equipo y documentación a la organización CONAMAQ, así como la necesaria investigación judicial de los hechos del 10 diciembre y posteriores de agresión violenta a miembros del CONAMAQ, destrozos y pérdidas causada en los bienes y patrimonio de las organización de pueblos indígenas.

 Colombia, Villavicencio-Meta, 15 de diciembre de 2013

Del debate del precio de la gasolina a los primeros pasos de una transición post-rentista

Por: Emiliano Teran Mantovani

El lunes 9 de diciembre, día después de las elecciones municipales 2013, el vicepresidente de la República, Jorge Arreaza, planteaba la necesidad de "comenzar a cobrar la gasolina", proponiendo que "Hay que dar grandes debates en Venezuela, hay que dar debates por ejemplo sobre lo fiscal, sobre el precio de la gasolina"[1]; mientras que una semana después, el vicepresidente del Área Económica del Consejo de Ministros Revolucionarios, Rafael Ramírez, declaraba que "El presidente ha orientado es dar una discusión nacional, de si ha llegado el momento de cobrar por la gasolina. En este país Petróleos de Venezuela paga para que los venezolanos echen gasolina"[2].

De esta forma, se ha reinaugurado en el país un debate tabú en el campo político  ―dado el trágico y traumático recuerdo del estallido popular de los días 27, 28 y 29 de febrero de 1989―, pero que en el contexto de una muy viva discusión nacional a raíz del desarrollo de la guerra económica, se presenta como oportunidad para explorar, repensar y replantear tanto las cuestiones de forma, como los problemas de fondo del capitalismo rentístico nacional.

Los argumentos principales del debate sobre el actual precio de la gasolina se centran en su mayoría en el hecho de que éste produce pérdidas, lo cual tiene un creciente impacto negativo en las cuentas nacionales. Este aspecto es importante debido a que, la gasolina venezolana, la más barata del mundo[3], tiene un costo de producción que supera 28 veces su precio para la de 95 octanos, a decir del Ministro Rafael Ramírez[4]. El monto del subsidio ―como lo catalogaba el presidente Chávez[5]― que sostiene este precio, ha venido creciendo progresivamente a medida que ha aumentado el precio internacional del petróleo en los últimos años, siendo que las pérdidas anuales respecto al costo de producción se calculan en unos de 1.500 millones US$[6]; al tiempo que, respecto al precio promedio internacional ―el llamado “costo de oportunidad”―, el Estado deja de percibir en el exterior por ese concepto, 12.592 millones US$ al año, como lo declarara el mencionado Ministro[7]. Tomando en cuenta estos cálculos y para tenerse  una mejor idea, este monto sería mayor al presupuesto del Ministerio de Educación (6.651 millones US$) y el Ministerio de Salud (3.901 millones US$) juntos, según se calcula de la Ley de Presupuesto Nacional de 2013.

A pesar de lo dicho, la importante reapertura del debate sobre el precio de la gasolina no sólo permite pensar cómo reformular los balances económicos y administrativos del Estado, en pro de mantener cuentas sanas y equilibradas, sino que, con la mirada en una transición post-rentista en el país, abre la posibilidad de re-examinar y replantear un problema de fondo y un factor clave de la lógica del capitalismo rentístico: los mecanismos de distribución de la renta.

El precio de la gasolina en Venezuela es expresión de las diferentes formas en las cuales se destina y distribuye la renta internacional captada, que constituyen un sistema que estructura y reproduce a lo interno de la economía nacional nuestra función capitalista/rentista en la División Internacional del Trabajo, con los respectivos males endémicos que entrañan. Esto nos lleva a plantear dos ideas fundamentales, pensando en las vías para una transición post-rentista y post-capitalista:

a)     Antes de pensar en aumentar la extracción petrolera y minera para captar más renta, es esencial comprender que en primera instancia el problema no es cómo captar más, sino cómo se distribuye la que tenemos. Se trata entonces de un problema estructural de distribución, que se magnifica perversamente en la forma de una guerra económica, con los 20 mil millones de estafa del SITME como ejemplo emblemático. A esto añadimos que, las condiciones de distribución de la renta desde mediados de los 70 se ha dado en complejos contextos de inundación de divisas que determinan la lógica de la misma.

b)    Es clave entonces, entender que los mecanismos de distribución de la renta internacional petrolera estructuran y representan esquemas de poder y articulaciones políticas e institucionales de índole nacional y transnacional, determinan ordenamientos sociales y del espacio geográfico, y, algo sumamente importante, tienen marcadas proyecciones culturales y subjetivas en la población ―la relación renta/cultura, excedente/subjetividad[8].

Reconocer que una transición post-rentista en Venezuela llevaría varias décadas, no debe suponer que todo deba ser pensado en largos plazos o sólo en tiempo futuro. Los primeros pasos de una transición como esta, orientada a desplazar la sobredeterminación capitalista/rentística que caracteriza nuestro modelo, pueden comenzar a aplicarse en el presente mediante, entre otras cosas, una serie de transformaciones en los propios mecanismos de distribución de la renta, que vayan promoviendo la reconfiguración del ordenamiento social venezolano.

Cuando hablamos de un ajuste o reformulación del precio de la gasolina, no estamos hablando sólo de la búsqueda de un equilibrio en los balances administrativos, sino de un reordenamiento de la política fiscal que procure esta se inscriba en una lógica post-rentista. Vale entonces preguntarnos, ¿qué estilos de vida estamos promoviendo, y cuáles estamos desestimulando?

En este sentido, debemos preguntarnos, por ejemplo, porqué Venezuela, por un lado, tiene el segundo índice más alto de consumo de energía eléctrica per cápita de Latinoamérica[9], y por el otro, el cuarto puesto en emisiones de CO2 en la región después de México, Brasil y Argentina[10], y puesto 30 en el mundo en 2009 ―con 0,53% de total del CO2―, a pesar de ser un país con no muy numerosa población y una estructura económica nacional poco industrializada ―al menos en comparación con estos tres países mencionados.

Si las prácticas sociales y los estilos de vida de la población venezolana están profundamente determinadas por los diferentes mecanismos de distribución de la renta; y si el proyecto socialista cuestiona radicalmente dichos patrones sociales profundamente desiguales, consumistas y depredadores de la naturaleza; es fundamental que como uno de los primeros pasos para una transición de este tipo, se vayan desmontando, uno a uno, los incentivos que promueven la estratificación de la sociedad, las formas de consumo de energía y mercancías insostenibles, los relacionamientos económicos desiguales, o las actividades que conllevan a importantes niveles de destrucción ambiental; estimulando así formas de producción y relación social, territorial comunitaria, el propio proyecto político de La Comuna.

De esta forma, no hablamos expresamente de un “aumento” de la gasolina, sino de un reordenamiento progresivo de los estímulos e incentivos fiscales, con prioridad hacia el pueblo y la naturaleza. No se trata sólo de retirar un subsidio pernicioso, sino redirigirlo hacia otros ámbitos que desalienten los estilos de vida capitalistas y la “cultura del petróleo”, al tiempo que encaucen formas de relacionamiento social comunalizado y la reproducción de un modelo post-rentista y post-desarrollista. La ineludible y fundamental revolución cultural que necesitamos, no sólo pasa por procesos de difusión y reflexión ideológica, sino por la reconfiguración de los recursos materiales de la cultura del petróleo.

La ejecución de reformas de este tipo, requiere de un amplio debate incluyente y popular, que pueda ir determinando cuáles formas de distribución de la renta son regresivas, en qué dimensiones y tiempos se aplican estos cambios, o cuáles son los mecanismos de participación para poner en marcha las mismas. Es fundamental que estas transformaciones tengan un gran apoyo social, sobre todo en un contexto de guerra económica y crisis sistémica capitalista. Una reformulación progresiva del precio de la gasolina no funciona por sí sola. Debe estar inscrita en una reformulación política de la tasa de cambio, de las cargas impositivas, de la promoción de núcleos productivos y organizativos populares y comunalizados, de procesos de cooperación regional, y de una profunda revolución cultural.

Bajo este contexto, el financiamiento de la transición puede venir en buena parte de este reordenamiento fiscal, donde debe ir incluido un replanteamiento reivindicativo de las  tributaciones sobre los propios proyectos extractivos petroleros existentes, de manera tal de hacer viable una progresiva salida de la dependencia petrolera nacional[11]. A su vez, y como una medida sumamente importante, plantear la creación de un fondo petrolero nacional, similar al Government Pension Fund – Global de Noruega, de manera de mantener al margen de la economía nacional los excedentes que puedan generar las ya conocidas distorsiones y desequilibrios que tanto daño han hecho al país ―el conocido mundialmente como “Efecto Venezuela” o “Enfermedad Holandesa”―, y que perjudicarían sobremanera una reformulación fiscal profunda.

Hay que discutir sobre el régimen impositivo nacional, tomando en cuenta que, finalmente, favorece a las desigualdades sociales. En términos absolutos, ser el país de América Latina que registra el menor nivel de presión tributaria (2010) con 11.4% del PIB, 8% por debajo de la media regional[12], refleja la necesidad de políticas para ampliar la captación impositiva nacional, que, en términos relativos, debe ser reorientada hacia los que acumulan mayores ganancias, e ir progresivamente disolviendo el Impuesto al Valor Agregado, que termina cargándose sobre los hombros de los trabajadores y trabajadoras.

Parte del largo y complejo proceso de transición hacia un modelo post-rentista, pasa por la reformulación programada de las construcciones sociales del valor, en las cuales la destrucción de la naturaleza más allá de sus tasas de recuperación, comience a ser contabilizada como pérdida de riqueza, y sea penada impositivamente. Además de los incentivos fiscales a formas de producción y consumo sostenibles, en un ejercicio de soberanía nacional, y en consonancia con el Objetivo V del Plan de la Patria 2013-2019, las empresas transnacionales que explotan (o explotarán) petróleo en la Faja del Orinoco, deben costear el daño ambiental producido por su actividad extractiva, sobre todo si tomamos en cuenta el historial de destrucción ecológica de muchas de ellas.

Son estos unos primeros pasos claros, y de corto plazo, que pueden allanar el camino a una transición post-rentista. En todo caso, este proceso no será posible si se profundiza el modelo capitalista rentista. Además que no puede ser sólo administrado desde el Estado, sino que más bien se hará proceso vivo, por medio de la fuerza de la organización popular.

* Emiliano Teran Mantovani es investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos - CELARG

Fuentes consultadas

- ABYA Yala Universidad Politécnica Salesiana. Fundación Rosa Luxemburg (coordinadores). Más allá del desarrollo. Fundación Rosa Luxemburg/Abya Yala. Caracas, 2011.
- ALÓ Presidente. Disponible en Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=pVBt6_b-lFc. Subido el 13/02/2011. Consultado: [17/12/2013].
- BANCO Mundial. Datos. Grupo del Banco Mundial. 2012. En: http://datos.bancomundial.org/. [Consultado: 12/09/2012].
- CORREO del Orinoco. Venezuela encabeza el consumo per cápita de electricidad en Latinoamérica. Texto/José Sinue Vargas. 21 junio 2011. En: http://www.correodelorinoco.gob.ve/energia/venezuela-encabeza-consumo-per-capita-electricidad-latinoamerica/. Consultado: [12/09/2012].
- HARVEY, Fiona. An atlas of pollution: The world in carbon dioxide emissions. The Guardian. Monday 31 January 2011. En: http://www.guardian.co.uk/environment/2011/jan/31/pollution-carbon-emissions. [Consultado: 11/06/2011].
- HERNÁNDEZ, Nelson. El subsidio de la gasolina en Venezuela. Combo noticias. Miércoles, 6 de marzo de 2013. Disponible en: http://www.noticiasvenezolanas.com.ve/index.php/227088/opinion-y-analisis-el-subsidio-de-la-gasolina-en-venezuela/. [Consultado: 17/12/2013].
- HERNÁNDEZ, Nelson. El Precio de las energías en Venezuela. Soberanía. 24/05/12. En: http://www.soberania.org/Articulos/articulo_7308.htm. [Consultado: 28/05/2012].- EL UNIVERSAL. Vicepresidente Arreaza abre puerta a debate sobre subir precio de gasolina. Lunes 9 de diciembre de 2013. Disponible en: http://www.eluniversal.com/economia/131209/vicepresidente-arreaza-abre-puerta-a-debate-sobre-subir-precio-de-gaso. Consultado: [10/12/2013].
- EL MUNDO. Ramírez: Pdvsa paga para que los venezolanos echen gasolina. 16/12/2013. Disponible en: http://www.elmundo.com.ve/noticias/petroleo/pdvsa/ramirez--pdvsa-paga-para-que-los-venezolanos-echen.aspx#ixzz2nnDTVGxI. Consultado: [16/12/2013].
- GIZ. International Fuel Prices 2012/2013. Data Preview – April 2013. Disponible en: http://www.giz.de/expertise/downloads/Fachexpertise/giz2013-en-ifp2013.pdf. Consultado: [17/12/2013].
- MINISTERIO del Poder Popular para el Ambiente. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Instituto Forestal Latinoamericano (IFLA). GeoVenezuela. Perspectivas del Ambiente en Venezuela. Caracas, 2010.
- MOLINA, Manuel Isidro. Entrevista | Víctor Álvarez: La tragedia de Venezuela es la sobrevaluación del bolívar. 16/06/2013. Disponible en: http://www.elmundo.com.ve/noticias/economia/politicas-publicas/entrevista---victor-alvarez--la-tragedia-de-venezu.aspx#ixzz2nrzdG4Vn. Consultado: [17/12/2013].
- CIAT. CEPAL. OCDE. Estadísticas tributarias en América Latina 1990-2010. 2012. Disponible en: http://www.oecd.org/ctp/tax-global/Consolidated%20LAC%20country%20notes.pdf. Consultado: [17/12/2013].
- TERAN Mantovani, Emiliano. Guerra económica y capitalismo rentístico: La disputa es también cultural. Rebelión. 27-11-2013. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=177393. Consultado: [27/11/2013].

Notas

[1] En: EL UNIVERSAL. Vicepresidente Arreaza abre puerta a debate sobre subir precio de gasolina.
[2] En: EL MUNDO. Ramírez: Pdvsa paga para que los venezolanos echen gasolina.
[3] La lista del precio de la gasolina en los países del mundo está disponible en la web del Banco Mundial, en: http://datos.bancomundial.org/indicador/EP.PMP.SGAS.CD. Por su parte, también el GIZ: International Fuel Prices, que calcula los precios con el promedio del petróleo Brent, mostraba que, mientras para abril de 2013, el precio promedio mundial del litro de gasolina era de 136 centavos de dólar, en Venezuela era de 2,3 centavos. Cfr. GIZ. International Fuel Prices 2012/2013. p.6
[4] En: EL MUNDO. Op.Cit.
[5] En: ALÓ Presidente. Disponible en Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=pVBt6_b-lFc.
[6] Jorge Arreaza, en: EL UNIVERSAL. Op.Cit. Para el analista petrolero de oposición Nelson Hernández, el subsidio se sitúa en 1110 millones US$. Cfr. HERNÁNDEZ, Nelson. El subsidio de la gasolina en Venezuela.
[7] Op.Cit. Para el economista Víctor Álvarez, “La pérdida que tiene Pdvsa con el subsidio de la gasolina” llega a 7.500 millones de US$. El cálculo de Hernández sobre el costo de oportunidad es de 13.170 millones US$. Cfr. MOLINA, Manuel Isidro. Entrevista | Víctor Álvarez: La tragedia de Venezuela es la sobrevaluación del bolívar. Cfr. HERNÁNDEZ, Nelson. El Precio de las energías en Venezuela.
[8] TERAN Mantovani, Emiliano. Guerra económica y capitalismo rentístico: La disputa es también cultural.
[9] Cfr. BANCO Mundial. «Consumo de energía eléctrica (kWh per cápita)», en: Datos. Disponible en: http://datos.bancomundial.org/indicador/EG.USE.ELEC.KH.PC. A mediados de 2011 Alí Rodríguez Araque, el para aquel entonces ministro para la Energía Eléctrica, afirmó que éramos el primer país en consumo de electricidad per cápita, al tiempo que expresaba que “Venezuela se encuentra en un 14% por encima del promedio del consumo de electricidad per cápita en toda América Latina”. En: CORREO del Orinoco. Venezuela encabeza el consumo per cápita de electricidad en Latinoamérica.
[10] Cfr. MINISTERIO del Poder Popular para el Ambiente. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Instituto Forestal Latinoamericano (IFLA). GeoVenezuela. Perspectivas del Ambiente en Venezuela. p.112. Si revisamos las emisiones de CO2 en términos relativos, Venezuela, con 6,04 toneladas anuales per cápita, supera a dos de las economías emergentes, los “BRICS”, como lo son China (5,83) e India (1,38), se acerca a un país de la hegemonía capitalista como es Francia (6,30), y supera a los tres países de América Latina que generan más CO2 en términos absolutos, Brasil (2,11) ―otro de los BRICS―, México (3,99) y Argentina (4,08). Cfr. HARVEY, Fiona. An atlas of pollution: The world in carbon dioxide emissions.
[11] El desarrollo de una propuesta post-extractivista de este tipo la encontramos en: Eduardo Gudynas, «Sentidos, opciones y ámbitos de las transiciones al postextractivismo» en: ABYA Yala Universidad Politécnica Salesiana. Fundación Rosa Luxemburg (coordinadores). Más allá del desarrollo. pp.265-298.
[12] Cfr. CIAT. CEPAL. OCDE. Estadísticas tributarias en América Latina 1990-2010. p.58

martes, 17 de diciembre de 2013

¿Y entonces qué coño es una Revolución?

Por: José Roberto Duque

El chavismo ganó las elecciones y, tal como dice la canción de la Billo's Caracas Boys, "unos van alegres y otros van llorando". Pero la Historia siempre nos lleva al punto inevitable en que debemos bajarnos de la nube de la euforia y pensar los términos en que habremos de continuar el proyecto, siempre inconcluso, llamado Revolución. Al respecto vale la pena volver a los inicios, al principio, al factor convocante de las rebeliones, destrucciones y construcciones, y no detenernos en el hecho simple y difuso (y además falso) de que sólo mientras ganemos elecciones habrá Revolución.

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Una Revolución NO consiste en ganar elecciones. Es maravilloso tener en la presidencia de la República a un aliado, pero una actitud madura y responsable debe pasar por el trámite de imaginarse un país en el cual ni Chávez ni ningún otro aliado sean presidentes, porque esa circunstancia y ese momento llegarán algún día.

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Una Revolución NO consiste en el fortalecimiento del Estado burgués sino en la creación de otra forma de organización de la gente. En lo personal, si por algo soy chavista es porque varias veces a la semana sueño con la propuesta más fascinante del proyecto de Chávez: la creación de un Estado Comunal. Mientras aprendemos qué es eso y cómo funciona ya vamos viendo cómo la gente aprendió que hay cosas que deben discutirse y decidirse en asamblea. En este experimento hay cosas que están saliendo bien y otras mal. Pero esa dinámica recién estrenada es el germen de un dramático vuelco hacia la democracia más profunda: una donde el presidente, el gobernador y el alcalde ya no deciden qué haremos en la cuadra, porque en la cuadra ya tenemos Gobierno. Cuando tengamos unas décadas (probablemente un siglo) ensayando y fortaleciendo esos procesos locales ya no tendrán sentido ni viabilidad el Estado ni las corporaciones. Con nuestras actuales estructuras social y mental ese salto no es posible, ya que nosotros, formados en un Estado burgués y con códigos burgueses, no somos capaces de parir nada que no tenga señales y rémoras de la sociedad descompuesta que está muriendo. Pero dimos o estamos dando un paso crucial y conmovedor: empezar ese ensayo. Dar los primeros pasos, muy torpes y a veces fallidos (el carajito de un año aprendiendo a caminar y dándose un coñazo cada medio metro). Pero ya empezó ese larguísimo aprendizaje creador, y a Chávez le debemos ese comienzo. 
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Una Revolución NO es una gestión de Gobierno. Una Revolución es un acto acto masivo y multigeneracional que por lo general se hace al margen (y muchas veces en contra) de los gobiernos establecidos. Pretender que Chávez y los funcionarios gubernamentales hagan en sus despachos la Revolución mientras nosotros sólo pagamos impuestos y esperamos a cambio los efectos de la acción de Gobierno es un error ingenuo, porque parte de la creencia de que el Gobierno debe hacer por nosotros la Revolución que en realidad nos corresponde hacer a nosotros en nuestros ámbitos de acción (comunidades, lugares de trabajo o de encuentro, ámbitos físicos y virtuales de acción y discurso).

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Una Revolución NO es el intento ni el acto de acabar con la oposición. He visto y oído chavistas deprimidos o preocupados porque el antichavismo obtuvo 6 millones y medio de votos. Si nos atenemos al carácter dialéctico de los procesos históricos debemos estar más bien felices de que tengamos contrapeso, adversario, fuerza que puja en sentido contrario al nuestro. Un hipotético país de 30 millones de chavistas y ni una persona en la oposición se anquilosaría, se agotaría, se aburguesaría irremediablemente. Sin peligros ni obstáculos que sortear, las tareas de demolición de lo viejo y construcción de lo nuevo perderían empuje, emoción y sentido. El pánico es mejor aglutinador de voluntades que la tranquilidad y el relax. El ser humano sin problemas a la vista muere de obesidad y desidia. Mientras haya antichavismo y empresarios y hegemonías financiando el antichavismo, habrá energía revolucionaria: ellos pujando para su lado y nosotros para el nuestro. ¿Habrá una etapa en que no existirá el enemigo actual? Probablemente. Y ojalá ya esté forjándose y gestándose el otro.
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Una Revolución NO se detiene cuando los gobiernos revolucionarios o de avanzada cesan en funciones. El día que los empresarios, las hegemonías mundiales y el poder económico logren ubicar a otro aliado en Miraflores entonces nos tocará continuar haciendo la Revolución pero en condiciones de dificultad y gravedad extremas. Tal como lo intentamos y lo intentaron otros en el pasado, hacer Revolución será un acto duro, criminalizado, perseguido, castigado, etiquetado de terrorista. Cuando el Presidente de la República no sea un aliado sino un enemigo de los actos audaces y contraculturales del pueblo en rebelión y acción creadora, algo tan aparentemente prístino y legal como conformar una organización vecinal o una agrupación con nombre "sospechoso" (de estos les hablaba hace poco a los muchachos que andan levantando el Frente Anarquista Revolucionario de Venezuela) será objeto de allanamiento, cárcel, tortura, persecución y linchamiento moral. Si hoy nos condenan y nos apabullan, aun teniendo de aliados a Chávez y (a veces también) a algunos medios e instituciones del Estado, imagínense cuando todo esté en manos de la burguesía. Con todo, esa situación sería preferible a la ilusión falsa y nociva de que una Revolución es un acto por el cual a uno tienen que pagarle, darle un uniforme y unas prebendas. 

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La Revolución es un acto contra el orden impuesto. Una Revolución es esencialmente ILEGAL. Por lo tanto siempre habrá (dentro y fuera del Gobierno) convencionalismos, visiones del mundo y estructuras que buscarán exterminarnos, neutralizarnos o comprarnos con el fin de interrumpir el proceso histórico de emancipación de pueblos y seres humanos oprimidos. 

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La tarea: aprovechar que el aliado seguirá en Miraflores para empujar procesos revolucionarios locales, regionales o multifactoriales. Haríamos bien en entender de una maldita vez que ese tipo que está en Miraflores no está ahí para hacer la Revolución por nosotros ni para financiar nuestras aventuras revolucionarias, sino para permitirnos hacer actos revolucionarios por nuestros cojones y con nuestra creatividad e impulsos libertarios. Liberémonos por un rato del éxtasis electoral y vamos por ellos, pues.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Undécima carta a las izquierdas: ¿ecología o extractivismo?

Por: Boaventura de Sousa Santos
questiondigital.com| 

En la décima carta a las izquierdas afirmé que al inicio del tercer milenio las izquierdas se debaten entre dos desafíos principales: la relación entre democracia y capitalismo; y el crecimiento económico infinito (capitalista o socialista) como indicador básico de desarrollo y progreso. En este texto voy a centrarme en el segundo desafío.ecolohgia1

Antes de la crisis financiera, Europa era la región del mundo donde los movimientos ambientalistas y ecologistas tenían más visibilidad política y donde la narrativa de la necesidad de complementar el pacto social con el pacto natural parecía gozar de una gran aceptación pública. Sorprendentemente o no, con el estallido de la crisis estos movimientos y esta narrativa desaparecieron de la escena política y las fuerzas políticas más directamente opuestas a la austeridad financiera reclaman crecimiento económico como única solución, y excepcionalmente hacen alguna declaración algo ceremonial sobre la responsabilidad ambiental y la sostenibilidad. De hecho, las inversiones públicas en energías renovables fueron las primeras sacrificadas por las políticas de ajuste estructural. Antes de la crisis el modelo de crecimiento en vigor era el principal blanco de crítica de los movimientos ambientalistas y ecologistas precisamente por insostenible y producir cambios climáticos que, según los datos la ONU, serían irreversibles a muy corto plazo, según algunos, a partir de 2015. Esta rápida desaparición de la narrativa ecológica muestra que el capitalismo no sólo tiene prioridad sobre la democracia, sino también sobre la ecología y el ambientalismo.

Hoy, sin embargo, resulta evidente que, en el umbral del siglo XXI, el desarrollo capitalista toca los límites de carga del planeta Tierra. En los últimos meses se han batido varios récords de peligro climático en Estados Unidos, la India, el Ártico, y los fenómenos climáticos extremos se repiten cada vez con mayor frecuencia y gravedad. Prueba de ello son las sequías, las inundaciones, la crisis alimentaria, la especulación con productos agrícolas, la escasez creciente de agua potable, el uso de terrenos agrícolas para agrocombustibles, la deforestación de bosques. Poco a poco se va constando que los factores de la crisis están cada vez más articulados y son, en última instancia, manifestaciones de la misma crisis, que por sus dimensiones se presenta como crisis civilizatoria. Todo está relacionado: la crisis alimentaria, la ambiental, la energética, la especulación financiera sobre las commodities y los recursos naturales, la apropiación y concentración de tierra, la expansión desordenada de la frontera agrícola, la voracidad de la explotación de los recursos naturales, la escasez de agua potable y su privatización, la violencia en el campo, la expulsión de poblaciones de sus tierras ancestrales para dar paso a grandes infraestructuras y megaproyectos, las enfermedades inducidas por la dramática degradación ambiental, con mayor incidencia de cáncer en determinadas zonas rurales, los organismos modificados genéticamente, el consumo de agrotóxicos, etc. La Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, Rio+20, celebrada en junio de 2012, fue un fracaso rotundo debido a la complicidad mal disfrazada entre las élites del Norte global y las de los países emergentes para dar prioridad a los beneficios de sus empresas a costa del futuro de la humanidad.

La valoración internacional de los recursos financieros permitió en varios países de América Latina una negociación de nuevo tipo entre democracia y capitalismo. El fin (aparente) de la fatalidad del intercambio desigual (las materias primas siempre menos valoradas que los productos manufacturados) que encadenaba a los países de la periferia del sistema mundial al desarrollo dependiente permitió que las fuerzas progresistas, antes vistas como “enemigas del desarrollo”, se liberasen de este fardo histórico, transformando el boom en una ocasión única para llevar a cabo políticas sociales y de redistribución de la renta. Las oligarquías y, en algunos países, sectores avanzados de la burguesía industrial y financiera altamente internacionalizados, perdieron buena parte del poder político gubernamental, pero a cambio vieron aumentado su poder económico. Los países cambiaron sociológica y políticamente hasta el punto de que algunos analistas vieron el surgimiento de un nuevo régimen de acumulación, más nacionalista y estatista: el neodesarrollismo basado en el neoextractivismo.
extractivismo
Sea como sea, este neoextractivismo tiene como base la explotación intensiva de los recursos naturales y plantea, en consecuencia, el problema de los límites ecológicos (por no hablar de los límites sociales y políticos) de esta nueva (vieja) fase del capitalismo. Esto resulta más preocupante en cuanto que este modelo de “desarrollo” es flexible en la distribución social pero rígido en su estructura de acumulación. Las locomotoras de la minería, del petróleo, del gas natural, de la frontera agrícola son cada vez más potentes y todo lo que interfiera en su camino y complique el trayecto tiende a ser aniquilado como obstáculo al desarrollo. Su poder político crece más que su poder económico, la redistribución social de la renta les confiere una legitimidad política que el anterior modelo de desarrollo nunca tuvo, o sólo tuvo en condiciones de dictadura.

Dado su atractivo, estas locomotoras son magníficas para convertir las señales cada vez más perturbadoras de la inmensa deuda ecológica y social que crean en un coste inevitable del “progreso”. Por otro lado, privilegian una temporalidad afín a la de los gobiernos: el boom de los recursos no va a durar siempre, y eso hay que aprovecharlo al máximo en el menor espacio de tiempo. El brillo del corto plazo ofusca las sombras del largo plazo. Mientras que el boom configure un juego de suma positiva, cualquiera que se interponga en su camino es visto como ecologista infantil, campesino improductivo o indígena atrasado de los que a menudo se sospecha que se trata de “poblaciones fácilmente manipulables por Organizaciones No Gubernamentales no se sabe al servicio de quién”.

En estas condiciones, resulta difícil activar principios de precaución o lógicas a largo plazo. ¿Qué sucederá cuando termine el boom de los recursos? ¿Cuando sea evidente que la inversión en “recursos naturales” no fue debidamente compensada por la inversión en “recursos humanos”? ¿Cuando no haya dinero para generosas políticas compensatorias y el empobrecimiento súbito cree un resentimiento difícil de manejar en democracia? ¿Cuando los niveles de enfermedades ambientales sean inaceptables y sobrecarguen los sistemas públicos de salud hasta volverlos insostenibles? ¿Cuando la contaminación de las aguas, el empobrecimiento de las tierras y la destrucción de los bosques sean irreversibles? ¿Cuando las poblaciones indígenas, quilombolas y ribereñas expulsadas de sus tierras cometan suicidios colectivos o deambulen por las periferias urbanas reclamando un derecho a la ciudad que siempre les será negado? La ideología económica y política dominante considera estas preguntas escenarios distópicos exagerados o irrelevantes, fruto del pensamiento crítico entrenado para pronosticar malos augurios. En suma, un pensamiento muy poco convincente y en absoluto atractivo para los grandes medios.

En este contexto, sólo es posible perturbar el automatismo político y económico de este modelo mediante la acción de movimientos sociales y organizaciones lo suficientemente valientes para dar a conocer el lado destructivo sistemáticamente ocultado de este modelo, dramatizar su negatividad y forzar la entrada de esta denuncia en la agenda política. La articulación entre los diferentes factores de la crisis deberá llevar urgentemente a la articulación entre los movimientos sociales que luchan contra ellos. Es un proceso lento en que la historia particular de cada movimiento todavía pesa más de lo que debería, aunque ya son visibles articulaciones entre luchas por los derechos humanos, la soberanía alimentaria, contra los agrotóxicos, los transgénicos, la impunidad de la violencia en el campo, la especulación financiera con los alimentos, luchas por la reforma agraria, los derechos de la naturaleza, los derechos ambientales, los derechos indígenas y quilombolas, el derecho a la ciudad, el derecho a la salud, luchas por la economía solidaria, la agroecología, la gravación de las transacciones financieras internacionales, la educación popular, la salud colectiva, la regulación de los mercados financieros, etc.

Al igual que ocurre con la democracia, sólo una conciencia y una acción ecológica robusta y anticapitalista pueden enfrentar con éxito la vorágine del capitalismo extractivista. Al “ecologismo de los ricos” hay que contraponer el “ecologismo de los pobres”, basado en una economía política no dominada por el fetichismo del crecimiento infinito y del consumismo individualista, sino en las ideas de reciprocidad, solidaridad y complementariedad, vigentes tanto en las relaciones entre los seres humanos como en las relaciones entre los humanos y la naturaleza.

*Doctor en sociología, profesor catedrático de la Facultad de Economía y Director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra (Portugal). Profesor distinguido de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU) y de diversos establecimientos académicos del mundo. Es uno de los científicos sociales e investigadores más importantes del mundo en el área de la sociología jurídica y es uno de los principales dinamizadores del Foro Social Mundial.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Merkado de Trueke en Caracas. Sabado 14 diciembre, 12 m., Ateneo Popular Los Chaguaramos



El Colectivo Trueke Caracas tiene el placer de invitarles a su próximo Merkado de Trueke, para que terminemos el año celebrando la solidaridad y la reciprocidad, y practicando los beneficios del intercambio de nuestros productos, servicios y saberes...

Este Merkado de Trueke será el próximo sábado 14 de diciembre, desde el mediodía, en el Ateneo Popular Los Chaguaramos (Los Chaguramos, Quinta Alnonorsi, Calle Vargas, entre Av Las Ciencias y Av. Estadio, ver mapa adjunto).

Puedes traer cualquier producto que tú elabores y trabajes, pueden ser productos agrícolas, semillas, alimentos preparados, bebidas, artesanías, artículos de aseo y hogar, manualidades, objetos de arte, carpintería, herrería. También puedes intercambiar servicios... El límite es sólo la imaginación!!

Los Merkados de Trueke se realizan cada cierto tiempo, con la idea de poder ir conformando un colectivo que practique el Trueke de productos, servicios y saberes de manera permanente, como una forma de vida, como una práctica económica que se base en otros valores distintos a los que plantea la decadente economía capitalista.

Para que se enteren un poco más de las actividades y filosofía del Colectivo Trueke Caracas, compartimos con ustedes nuestro Manifiesto: 


La invitación es abierta para todos y todas aquellas que se quieran acercar. 

Recuerda también traer alimentos y bebidas para que compartamos también el momento de la alimentación (tipo panes, tortas, dulces, etc). Y trae tu propio plato, taza y cubiertos, pues no propagamos el uso de desechables.

Te esperamos, sábado 14 de diciembre, 12 m., Ateneo Popular Los Chaguramos

Invitan:

Colectivo Trueke Caracas
Blog: truekecaracas.blogspot.com
Twitter: @truekeccs

Facebook: Trueke Caracas

"A los yanomamis nos están matando"

lavanguardia.com

La tranquilidad con la que vivían los Yanomamis llegó a su fin en la década de 1980, cuando la fiebre por el oro explotó en plena Amazonia y trajo a más de 40.000 mineros ilegales que sistemáticamente establecieron un negoció que sigue devastando una gran parte de la zona.

Al norte de Brasil y al Sur de Venezuela, los Yanomamis están distribuidos en alrededor de 250 comunidades en un territorio que alcanza los 19 millones de hectáreas, o lo que es igual a cuatro veces el tamaño de Suiza.

Es esta la zona, en la actualidad, la etnia indígena sobrevive a la explotación de los recursos naturales que causa enfermedades, envenenamiento, agresiones, violaciones y persecuciones a quienes se opongan.

Andrés Blanco, coordinador general de la ONG Yanomami Horonami, denuncia que la selva se ha convertido en un verdadero peligro para sus habitantes, debido a que  “cada vez hay más mineros, y nosotros como pueblo sabemos quiénes son, cómo trabajan y dónde exactamente tienen sus maquinarias”.

El líder indígena agrega que la violencia que viven se refleja de diferentes maneras. La más común es a través de explotación laboral, ya que los Yanomamis más jóvenes terminan siendo los “caleteros” de los mineros ilegales, quienes entregan alguna prenda de ropa o una lata de comida tras largas y forzadas jornadas de trabajo.

“También traen enfermedades, nos golpean, violan a nuestras hijas. Todo esto está acabando con nosotros, a los Yanomamis nos están matando poco a poco, ya hemos muerto muchos, muchos hermanos”.

La ONG Survival Internacional calcula que en la actualidad unos 1.000 buscadores de oro trabajan ilegalmente en la tierra yanomami. Entre las consecuencias está la transmisión de enfermedades mortales como la malaria y la contaminación de los ríos y los bosques con mercurio. La salud de los yanomamis se ve perjudicada y la atención médica crítica no llega hasta ellos, especialmente en Venezuela.

La situación ha reunido a las organizaciones indígenas de ambos países el pasado 11 de octubre en Puerto Ayacucho (Amazonas, Venezuela). Del encuentro publicaron una carta abierta en la que resaltaron:  “La situación es muy grave en la frontera de Brasil con Venezuela, donde se han instalado campamentos mineros ilegales que producen violencia, epidemias, destrucción de nuestras tierras y contaminación de los ríos (…) No es posible tener buena salud si no tenemos nuestro territorio protegido”.

“No sabemos cuántos hermanos Yanomamis han sido asesinados, envenenados. Son más de 250 comunidades que para llegar hay que estar más de un mes viajando por río y caminando por la selva. Eso hace que sea un trabajo difícil” añade Andrés Blanco.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) expresó su preocupación ante la situación que vive del pueblo Yanomami, particularmente por la presencia y agresiones de mineros ilegales contra los miembros de las comunidades indígenas habitantes en esa zona. En un comunicado al Estado venezolano recomendó “que se lleve a cabo una investigación exhaustiva de los hechos de violencia que se dan en la zona”.

Survival Internacional afirma que los mineros ilegales provienen de Brasil, otros son venezolanos y de los países de los alrededores. Estos buscadores de oro son autónomos: van por su cuenta y no forman parte de compañías o multinacionales mineras.

Investigar para denunciar

Blanco informó que en la actualidad hay tres grupos de 10 líderes Yanomamis investigando en la zona, con el fin de poder traer pruebas sobre el crecimiento de la minería ilegal en los territorios indígenas.

“Traeremos fotografías, vídeos y todo el material que sea necesario para interponer la denuncia ante la Defensoría del Pueblo, el Ministerio Público y la propia Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela”.

En este sentido, la Fiscalía Superior del Estado Amazonas explicó que en una acción coordinada con varias instituciones están recabando pruebas para castigar judicialmente a los mineros ilegales, que por la Ley de Ambiente deben pagar condenas de mínimo seis meses de prisión.

José Gregorio Mirabal, coordinador de la Organización Regional de Pueblos Indígenas del Amazonas (Orpia) desconfía de que el gobierno reciba las pruebas con objetividad o que dicte castigo a los responsables. Él cree que el Estado ha satanizado las denuncias impuestas hasta el momento.

“Hay implicación de los propios militares en este negocio de la minería ilegal, es un negocio que beneficia a la gente del poder, así que las veces que han ido a investigar sólo ha sido por dos o tres días, no profundizan ante un tema tan extenso. Y cuando insistimos en seguir denunciando, entonces nos satanizan, el propio gobierno señaló que los Yanomamis estaban pagados por Estados Unidos para desestabilizar a Venezuela. ¿Esto es normal o coherente por parte de un gobierno?”.

En una de las últimas visitas que realizó el Estado venezolano a la zona, los representantes de la ONH Horonami estuvieron presentes y denuncian que durante el recorrido: “Vimos los campamentos de mineros ilegales, vimos pasar una avioneta, vimos una pista clandestina, vimos algunos garimpeiros huyendo de la comisión que caminaba por la selva (…) Los efectivos de las Fuerzas Armadas, de la Fiscalía que venían en la comisión, también fueron testigos de esto”. De esta visita no hubo detenidos, ni intervenciones en el lugar, según datos reflejados por el Ministerio de Interior y Justicia.

Minería gubernamental

La última amenaza para los yanomamis de Venezuela procede de la empresa china CITIC, con la que el Gobierno venezolano ha firmado un acuerdo de 700 millones de dólares para la exploración mineral en el Arco minero del Orinoco, en los estados de Amazonas y Bolívar. 

Según la Secretaría de Ambiente del Estados Amazonas, la empresa CITIC tiene prevista la construcción de cinco campos mineros en áreas habitadas por pueblos indígenas, incluso en Ocamo, que yace en el corazón del territorio yanomami.

Survival internacional considera que el Estado necesita comprometerse mucho más con los Yanomamis: consultarlos, escucharlos e involucrarlos en los proyectos sanitarios y territoriales. Y los movimientos indígenas exigen al gobierno que revise urgentemente el proyecto minero y sus políticas indígenas.

lunes, 9 de diciembre de 2013

En Venezuela sigue la construcción popular de la Ley de Semillas

                             

Compañeras y Compañeros, dando continuidad al proceso de construcción colectiva que se viene dando desde Montecarmelo, Estado Lara (28 y 29 de Octubre), Aldea Héroes de Canaima, Carabobo (2 y 3 de Noviembre) y  Barinas en el Instituto Latinoamericano de Agroecología “Paulo Freire”; queremos convocarlos a participar en el proceso de Debate Popular Constituyente por una nueva Ley de Semillas, 

Este próximo debate se llevará a cabo el 16 y 17 de diciembre de 2013 en la Escuela Nacional de Formación Agroecológica Indio Rangel, en La Victoria, estado Aragua; y se presentará un balance del debate constituyente y los avances alcanzados hasta ahora en la exposición de motivos, estructura y objeto de la ley. Asimismo se dará continuidad al debate sobre aspectos relacionados con la estructura de la ley.

La importancia del proceso de construcción colectiva, popular y vinculante de esta ley es fundamental para la soberanía alimentaria y ejemplo al mundo de la lucha antiimperialista contra el agronegocio y la dominación transnacional, asumida ahora desde la participación y protagonismo del Pueblo Legislador, que acompaña la ley habilitante para la profundización de la Revolución en esta coyuntura de Guerra Económica, dando cumplimiento al reto histórico de consolidar el Legado de Nuestro Comandante Eterno.


Contacto: Violeta Gómez 0416 4049884  violetakumba@gmail.com

Esperando contar con su participación revolucionaria,

Muy atentamente,

Campaña Venezuela Libre de Transgénicos: venezuelalibredetransgenicos@gmail.com


Analizar con cabeza fría. 8-D: ¿Quién ganó y quién perdió?

Por: Javier Biardeau
Aporrea.org

En momentos donde la alegría chavista es el sentimiento predominante, y con justicia podrá cerrar las navidades del año 2013 con sabor a legítima victoria, es preciso no perder de vista para el año 2014, la necesidad de un análisis en profundidad de las correlaciones de fuerzas y sus dinámicas de flujo o reflujo revolucionario de cara a los próximos desafíos electorales para la renovación del parlamento venezolano.

Recientes informaciones señalan que el número de alcaldías conquistadas por las fuerzas sociales y políticas que conforman el Gran Polo Patriótico, cuyo principal eje electoral es el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) asciende al menos a 210. De este número de Alcaldías, al menos 13 corresponden a capitales de los 24 estados a lo largo del país. Con 97,52% de la transmisión, el chavismo obtuvo 5.111.336 votos, lo que significa el 49,24%, mientras que las organizaciones de derecha sumaron 4.435.097 votos, lo que representa el 42,72%, con una brecha relativa a favor de la revolución de 6,52%, porcentaje suficiente para salir de una zona de riesgo político (i).

Otras organizaciones políticas obtuvieron 833.731 votos, lo que se traduce en 8,03% de la población electoral, hecho importante a tomar en consideración para comprender los límites de los agrupamientos que alientan la polarización política, pues estos votos podrían ser claves para inclinar las balanzas en una u otra dirección. LO cierto es que en las actuales circunstancias, la estrategia opositora de pescar en rio revuelto ha sido derrotada momentáneamente (ii).

Por ahora, conviene administrar la victoria con alegría, pero con criterios de mesura y escasez, pues apenas estamos en la senda de la recuperación de las ventajas del voto bolivariano obtenidas por Chávez el 7 de octubre de 2012 en la geografía electoral del país.

En ese momento, el Presidente Chávez coronó su última victoria personal, consagrándose definitivamente como un competidor electoral invicto en materia de elecciones presidenciales (iii). Sin embargo, persisten zonas geográficas de inestabilidad y desventaja que no pueden perderse de vista en el contexto de una legítima alegría por el triunfo obtenido.

El principal significado de la clara recuperación del voto bolivariano en las pasadas elecciones del 8-D, contra todas las voces agoreras de los “profetas del desastre”, fue la derrota contundente de la tesis opositora del plebiscito para “sacar a Maduro de Miraflores”. Así mismo, la orquestación política y mediática de la derecha continental y mundial se quedó con los crespos hechos imaginándose que el chavismo estaba a punto de sufrir su más estrepitosa derrota (iv).

El principal descalabro fue para quienes avalaron la tesis del plebiscito contra Maduro, y el saldo de este fracaso no dejara de sentir sus movimientos telúricos en el seno del campo opositor y para su dirigencia, que pierde prestigio y reconocimiento de su liderazgo, ante la imposibilidad de sincronizar y calibrar su avance en algunas de las principales capitales de los estados del país sin lograr superar en votos al campo bolivariano y chavista.

La unidad bolivariana logró recuperar así la dirección de la victoria, aunque falta mucho por hacer para consolidar una superación realmente fructífera de las debilidades, diferencias, tensiones y contradicciones no antagónicas que recorren internamente a las fuerzas sociales y políticas que conforman una gran alianza popular revolucionaria (v).

Ciertamente, la principal barrera de contención de los planes desestabilizadores de la derecha, fue la unidad de la multitud chavista, bolivariana, plebeya y revolucionaria alrededor de su liderazgo. El pueblo bolivariano organizado, le puso límites a quienes lo siguen minimizando y desvalorizando como sujeto del cambio en Venezuela.
Si la cadena de equivalencias entre el protagonismo popular, el prestigio del liderazgo político de la Revolución Bolivariana y el legado revolucionario de Chávez logra consolidarse, la correlación de fuerzas seguirá siendo favorable para la conducción del Presidente Maduro, que sigue siendo subestimado por una oposición y por algunos sectores bolivarianos vacilantes que no comprenden ni descifran sus cualidades de liderazgo.

La gran frustración del “Estado Mayor Político” de la oposición fue no poder lograr sacar más votos que el proceso bolivariano a nivel nacional, ni lograr conquistar la victoria en la Alcaldía Libertador, a pesar de haber conquistado la victoria en el resto de los municipios del área metropolitana de Caracas, hecho que no permitió la tan necesaria victoria del candidato bolivariano Ernesto Villegas para la Alcaldía Mayor, aunque su desventaja sea por estrecha diferencia de votos.

Una victoria de Ernesto Villegas podría haber significado un auténtico salto cualitativo para el avance de las fuerzas bolivarianas en la principal capital del país, y su figura sigue destacando para apalancar la unidad de las fuerzas bolivarianas en todo el complejo campo minado de la gobernabilidad de la gran capital.

De manera que los planes opositores de descalabro definitivo del Gobierno se vieron contenidos por la multitud chavista plebeya en toda la geografía electoral del país, aunque cabe destacar que en el día de la lealtad a Chávez no se logró conquistar la alcaldía de la ciudad capital del estado Barinas, su estado natal. Situaciones como esta, así como en las capitales de los estados Táchira, Mérida y Monagas deben ser leídas con cabeza fría y con humildad intelectual, para evitar que la recuperación obtenida por las fuerzas bolivarianas de lugar a actitudes arrogantes del triunfalismo.

El claro viraje de la política del Gobierno de Maduro hacia medidas de corte populares en el terreno económico y social a partir del mes de Octubre, cuando solicitó formalmente los poderes habilitantes, ha sido una clara demostración de re-sintonización del gobierno con el legado revolucionario de Chávez. De manera que cabe complementar este viraje hacia la izquierda, renovando y reactualizando a fondo las “líneas de acción política para la coyuntura política” elaboradas por el partido victorioso en la actual contienda: el PSUV; reforzándolas con los criterios político-ideológicos, la participación y compromiso de las fuerzas aliadas al PSUV, quienes también contribuyeron a consolidar una clara senda de recuperación para la victoria bolivariana.

Si el GPP como alianza popular revolucionaria (vi) logra sortear sus tensiones y diferencias internas, podría definitivamente demostrar que hay una estructura de oportunidad para la viabilidad del Plan de la Patria, así como su más alta fidelidad a la meridiana claridad expresada por Chávez cuando habló de unidad, batalla, lucha y victoria aquel 8 de diciembre de 2012.

No hay que minimizar que la oposición gana espacios de poder en varios estados del país. Ciudades importantes como Valencia (Carabobo) y Barquisimeto (Lara) pasan a manos opositoras. Dados los cómputos obtenidos hasta ahora, en lo que respecta a las capitales de las entidades federales, el oficialismo triunfó en por lo menos 13 y la oposición en por lo menos 8. De esa forma, la MUD recuperó Barquisimeto, Valencia, Maturín y Barinas y perdió Ciudad Bolívar y San Carlos. Los resultados de Puerto Ayacucho (Amazonas), San Juan de los Morros (Guárico) y Coro (Falcón) muestran una competencia cerrada. En Zulia, la MUD consiguió mantener Maracaibo, por estrecho margen, un municipio vital para el despliegue de las fuerzas bolivarianas. En Táchira, la oposición muestra signos importantes de recuperación, lo cual nos lleva de nuevo a comprender las regiones pivotes de potencial desestabilización o zanas geográficas de riesgo político (ver Mapa Anexo).

Tampoco se ha llegado a valorar suficientemente el papel de la abstención en los recientes comicios. La participación en el proceso de elecciones municipales (58,9 %) superó la registrada en las regionales del 16 de diciembre de 2012 (53,8 %), pero dado los objetivos políticos y el contexto de lo que estaba en juego sigue siendo elevada.

Algunos analistas ya habían tenido la previsión de señalar que el PSUV ganaría en porcentaje de alcaldías, pero no se atrevían a despejar sus pronósticos en el total de votos nacionales, dados los parejos resultados del 14 de abril de 2013. Pero si se tratara de marcar tendencias, fue el Chavismo el que recuperó su ventaja frente a la oposición.

Ciertamente, en las próximas horas nos moveremos en el contexto de mensajes de maximización de triunfos y minimización de derrotas de lado y lado. Al pueblo bolivariano, que desea recuperar las brechas alcanzadas en vida por el Presidente Chávez, le tocará analizar en profundidad las correlaciones de fuerzas electorales en los últimos 6 años, analizar las situaciones y acontecimientos que permitirían sacar a la revolución de una zona de riesgo político.

El objetivo de superar una potencial crisis política que transcurría en el encadenamiento de la crisis electoral del 14 de abril de 2013 y la crisis económica que se mueve en el trasfondo de la “guerra económica”, ha sido alcanzado parcialmente de cara al año 2014.

El proceso bolivariano ha alcanzado dos objetivos estratégicos fundamentales en política: ha obtenido un tiempo político crucial sin perder grandes espacios de poder; y por otra parte, ha logrado contener la estrategia de derribo a corto plazo ejecutada por parte de la oposición, saliendo francamente de una zona de riesgo político. De manera, que la unidad de la alianza bolivariana revolucionaria, debe sentirse alegre, pero sobretodo debe profundizar en el análisis y mantener la cabeza fría para enfrentar las delicadas coyunturas económico-sociales del año 2014.

NOTAS:
i http://www.rebelion.org/docs/155457.pdf
ii http://www.rebelion.org/docs/150733.pdf
iii http://www.rebelion.org/docs/161399.pdf
iv http://www.aporrea.org/internacionales/n241452.html
v http://www.aporrea.org/ideologia/a174248.html
vi http://www.aporrea.org/ideologia/a167481.html

Si Nelson Mandela realmente hubiera ganado, no sería visto como héroe universal

Por: Slavoj Žižek
theguardian.com

En las dos últimas décadas de su vida, Nelson Mandela fue celebrado como el sujeto ejemplar que liberó un yugo colonial sin sucumbir a la tentación del poder dictatorial ni a la postura anticapitalista. En resumen, Mandela no fue Robert Mugabe, y Sudáfrica mantuvo una democracia multipartidista con libertad de expresión y una economía vibrante bien integrada al mercado global, inmune a experimentos socialistas improvisados. Ahora, con su muerte, su talla de hombre sabio y piadoso parece confirmarse para la eternidad: hay varias películas de Hollywood sobre él -fue caracterizado por Morgan Freeman, quien también, por cierto, hizo el papel de Dios en otra película- estrellas de rock y líderes religiosos, deportistas y políticos que abarcan desde Bill Clinton hasta Fidel Castro están unidos en su beatificación. 

¿Es ésta, sin embargo, la historia completa? Dos hechos claves permanecen borrados en esta visión festiva. El primero es que en Sudáfrica la vida miserable de la mayoría pobre permanece casi igual a la que hubo durante el apartheid, y el ascenso de los derechos políticos y civiles se contrapone con la inseguridad, la violencia y el crimen igualmente crecientes. El cambio principal es que la vieja clase blanca dominante se ha unido a la nueva élite negra. Segundo, la gente recuerda el viejo African National Congress (Congreso Nacional Africano) que prometió no sólo el fin del apartheid, sino más justicia social, incluso un especie de socialismo. Este pasado mucho más radical del ANC ha sido borrado gradualmente de nuestra memoria. No es de extrañar que la rabia esté creciendo entre los pobres y negros sudafricanos. 

A este respecto, Sudáfrica es sólo una versión de la historia recurrente de la izquierda contemporánea. Un líder o un partido elegidos con entusiasmo universal, que promete un "nuevo mundo", pero luego, tarde o temprano, tropieza con el dilema: ¿nos atrevemos a tocar las mecánicas del capitalismo, o nos decidimos a "jugar el juego"? Si se alteran estos mecanismos, se es "castigado" muy velozmente por las perturbaciones del mercado, el caos económico y demás. Por esta razón es muy simple criticar a Mandela por abandonar la perspectiva socialista después del fin del apartheid: ¿de verdad tenía una opción? ¿Era el cambio al socialismo una opción real?

Es fácil ridiculizar a Ayn Rand, pero hay un grano de verdad en el famoso "himno al dinero" de su novela La rebelión de Atlas: "Hasta que y únicamente cuando descubras que el dinero es la raíz de todo lo bueno, buscarás tu propia destrucción. Cuando el dinero deja de convertirse en el medio por el cual los hombres se involucran los unos con los otros, entonces se convierten en herramientas de otros hombres. Sangre, latigazos y armas, o dólares. Toma tu decisión: no hay otra". ¿Acaso no dijo Marx algo bastante parecido en su bien conocida fórmula de cómo, en el universo de mercancías, "las relaciones entre las personas asumen el aspecto de las relaciones entre las cosas"? 

En la economía de mercado, las relaciones entre las personas pueden aparecerse como relaciones de libertad e igualdad: la dominación no está más directamente constituida y visible de por sí. Lo problemático en las palabras de Rand es la premisa de trasfondo: la única escogencia posible está entre las relaciones directa e indirecta de dominación y explotación, de manera que cualquier otra alternativa queda relegada como utópica. Sin embargo uno debería tomar en cuenta la verdad contenida en la no obstante ridícula proposición ideológica de Rand: la gran lección del Estado Socialista fue efectivamente que la abolición directa de la propiedad privada y del mercado regulado de intercambio (market-regulated exchange), sin contar con formas concretas de regulación de los procesos de producción, necesariamente resucita las relaciones de servidumbre y dominación. Si simplemente abolimos el mercado (incluyendo al mercado de explotación) sin reemplazarlo por una adecuada forma de organización comunista de producción e intercambio, la dominación regresa vengativa, y con ella la explotación directa.

La regla general es que cuando comienza una revuelta contra un régimen opresivo y pseudodemocrático, como fue el caso de Medio Oriente en 2011, es fácil movilizar grandes multitudes con eslógans tácitamente venerados por las masas: "por la democracia", "contra la corrupción", por ejemplo. Pero luego gradualmente encontramos elecciones más difíciles, cuando la revuelta alcanza su objetivo directo. Entonces nos damos cuenta de que lo que realmente nos molestaba (nuestra libertad, nuestra humillación, la corrupción social, la falta de posibilidades para tener una vida decente) continúa con una nueva apariencia. En este punto la ideología dominante moviliza su arsenal entero para prevenirnos de alcanzar la conclusión radical. Empiezan por decirnos que la libertad democrática trae su propia responsabilidad, que viene con un precio, que todavía no somos maduros si esperemos demasiado de ella. De esta manera nos culpan por nuestro fracaso: en una sociedad libre, se nos dice, todos somos capitalistas invirtiendo en nuestras vidas, poniendo más en educación que en divertirnos si queremos ser exitosos.

En un plano más directamente político, la política exterior de los Estados Unidos contiene una detallada estrategia sobre cómo ejercer control de daños recanalizando un levantamiento popular entre los límites de un parlamentarismo capitalista aceptable -como fue hecho satisfactoriamente en Sudáfrica después de la caída del régimen del apartheid, en Filipinas después de la caída de Marcos, en Indonesia después de la caída de Suharto, y asimismo en otros lugares-. En esta coyuntura, las políticas radicales de emancipación enfrentan su mayor reto: cómo empujar las cosas más lejos después de que el primer estadio entusiasta se ha terminado, cómo dar el siguiente paso sin sucumbir a la catástrofe de la tentación "totalitaria". En otras palabras, cómo llegar más lejos que Mandela sin convertirse en Mugabe. 

Si queremos permanecer fieles al legado de Mandela, deberíamos olvidarnos de las lágrimas de cocodrilo y centrarnos en las promesas incumplidas que su liderazgo erigió. Podemos suponer sin temor a equivocarnos que, debido a su indudable grandeza política y moral, seguramente al final de su vida fue un anciano amargado, bien consciente de cómo su triunfo político y su encumbramiento como héroe universal no se traducen en otra cosa que en la máscara de una amarga derrota. Su gloria también es un signo de que él realmente no modificó el orden global del poder.